domingo, 19 de enero de 2014

LA POLÍTICA DE PLATÓN (VIDEO)



LA ARISTOCRACIA PLATÓNICA
Toda actividad humana más o menos compleja implica un conocimiento previo, una cierta sabiduría. No todos los hombres están capacitados ni son aptos para hacer según qué cosas. Si se me estropea el televisor no dejo que cualquiera intente arreglarlo. Me aseguraré de que el hombre que lo intente arreglar sepa como funcionan los televisores. Si me quiero hacer un traje tampoco dejo esta tarea a cualquiera. Me aseguraré de que la persona en cuestión sepa lo suficiente para desempeñar su trabajo. Es evidente que los más aptos para arreglar televisores o hacer trajes son los que saben de televisores y trajes. Son por tanto ellos los que, en puridad, deben ejercer sus respectivas actividades. Para Platón el gobierno de un Estado es una tarea complicada; más que arreglar televisores o diseñar trajes. El gobernante debe diseñar leyes justas y administrarlas con justicia. El conocimiento de lo que está bien o mal, de lo que es justo o injusto, no es un conocimiento fácilmente asequible. Si no investigamos, si no estudiamos y nos esforzamos, nuestros conocimientos de la justicia, el bien, etc., serán muy rudimentarios. Así pues, no todos los hombres están igualmente capacitados para gobernar un Estado. Los más capacitados para esta tarea son los que se han pasado la mayor parte de sus vidas intentando saber: los filósofos. Los filósofos, si de verdad han realizado correctamente su camino de conocimiento, han llegado a conocer la Justicia en sí y el Bien en sí. Los filósofos son, por tanto, los que más saben de los conceptos éticos y políticos necesarios para gobernar un Estado; son pues los más aptos o capacitados para la tarea de gobierno. En virtud de esta consideración la política de Platón es una aristocracia o gobierno de los más capacitados. 

LA ÉTICA DE PLATÓN (VIDEO)

 
Platón especula a partir de sus propias experiencias internas en torno al alma, similares a las de cada uno de nosotros. Veamos cual es la naturaleza de esta especulación introspectiva. A veces nuestro interior, nuestra mente o alma, muestra algunas tensiones o contradicciones. Pasamos por una pastelería y queremos y no queremos comernos un pastel. Vemos fumar a un amigo y deseamos y no deseamos fumar. Fumar es malo, pero aporta placer. Se produce una especie de lucha interna. De este conflicto Platón deduce una cosa: el alma no es unitaria. Para que exista conflicto deben existir al menos dos partes en liza. Profundizando en esta experiencia, ¿qué podemos concluir? Yo sé que fumar me perjudica, tengo los conocimientos básicos para saber que el tabaco es malo para mi salud, es por ello que siempre que me dispongo a fumar me lo pienso dos veces. No obstante, tengo una inclinación, un deseo muy poderoso de fumar en determinados momentos. A veces, si mi voluntad es lo suficientemente fuerte, se pone al servicio de mi razón y no fumo. Venzo y someto de esta manera mi deseo de fumar. Otras veces, si mi voluntad es débil, el deseo vence y se impone a las consideraciones racionales, a mi propósito de no fumar. Si mi razón alcanza un conocimiento aceptable sobre los males del tabaco y fuese muy reflexiva a la hora de fumar; si mi voluntad fuese siempre fuerte y esta fortaleza fuese utilizada por mi razón para hacer cumplir sus propósitos venciendo siempre mis inclinaciones o deseos insanos, entonces resultaría un cierto equilibrio interior que me haría la vida más llevadera, me haría un poco más feliz. Esto es lo que viene a decir Platón con otras palabras.