1/¿Qué dos paises fueron los primeros en constituirse en repúblicas de gobiernos representativos?
2/¿Los líderes de los partidos políticos suelen ser los mejores de entre los miembros del partido? Explícalo
3/¿La mayoría de los parlamentos actuales son realmente deliberativos? Explícalo
4/Señala tres grandes diferencias entre los actuales "gobiernos representativos" y la antigua democracia de Atenas
La discriminación es
el tratamiento desfavorable hacia personas o colectivos concretos.
Los grupos que a lo largo de la historia han sufrido discriminación
han sido muchos: mujeres, etnias, clases sociales, grupos religiosos,
enfermos y homosexuales. La discriminación supone considerar a la
persona a la que se discrimina no solo como alguien diferente, sino
también como alguien inferior. Por eso la discriminación atenta
contra el principio de igualdad en dignidad e igualdad jurídica. En
una democracia todos somos iguales ante la ley y tenemos los mismos
derechos y obligaciones.
La
discriminación de la mujer ha estado presente a lo largo de la
historia. En la Edad Antigua se consideraba a la mujer y a los hijos
como una propiedad del varón. Incluso en la primera democracia, en
Atenas, la ciudadanía era solo masculina. Las mujeres no
participaban de la vida política y estaban recluidas en el hogar
sometidas a la tutela del padre o del marido.
En la Edad Contemporánea se concedió
el voto a la mujer en España durante la Segunda República, en el
año 1931. Fue gracias a la diputada Clara Campoamor que fue capaz de
defender su idea incluso contra miembros de su propio partido en un
congreso donde sólo había tres mujeres. En Francia fue en el año
1944. De modo que la igualdad jurídica e igualdad en derechos
políticos de la mujer en el ámbito democrático de Occidente es muy
reciente. En la actualidad la discriminación social, política y
jurídica hacia la mujer es aún una trágica realidad en algunos paises donde hay teocracias islámicas donde se sigue considerando a la mujer como un
ser subordinado al hombre sin capacidad de decidir libremente sobre
su futuro.
La discriminación por motivos de raza
o etnia se llama racismo. Cuando la discriminación no es
estrictamente por la raza sino por pertenecer a un país distinto, se
llama xenofobia. Desde la Antigüedad se ha intentado establecer una
clasificación de los seres humanos en función de su aspecto físico,
y esto se tradujo en la primera división de los grupos humanos en
razas (negra, blanca, amarilla y cobriza). Sin embargo la genética
ha desvelado que, pese a las diferencias externas, la humanidad tiene
una única raíz común: todos somos individuos de una misma especie,
homo sapiens. Así pues, el color de la piel y cualquier otra
característica externa constituyen rasgos secundarios e irrelevantes
(como serían el color del pelo, la estatura o el peso) para
diferenciar a las personas o a los grupos humanos. Por eso, en
realidad, establecer una clasificación de superioridad o
inferioridad a partir de la noción de raza carece de base
científica.
Desde
antiguo se ha considerado que existen razas inferiores. Hasta el
siglo XIX era normal esclavizar a los negros o a los indios
americanos alegando una inferioridad racial. En el siglo XX los dos
regímenes políticos que llevaron a su máxima expresión un
planteamiento racista de la sociedad fueron el régimen nazi en
Alemania y la política del apartheid (que significa "separación"
en idioma afrikáans), en Sudáfrica. El aparheid
fue
un sistema social impuesto por los gobiernos de minoría blanca en
Sudáfrica. Bajo este sistema los grupos étnicos estaban separados,
y a la mayoría no blanca se le negaban numerosos derechos, como el
de votar y el de libre circulación por el territorio nacional. Hoy
Sudáfrica es un país democrático y no racista gracias, en gran
medida, al líder negro Nelson Mandela. Mandela fue arrestado en 1962
por sus acciones contra el régimen racista y condenado a cadena
perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel. Tras su liberación el 11 de
febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones
para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se
consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por
sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente
desde 1994 hasta su muerte en el año 2013. Durante su mandato dio
prioridad a la reconciliación nacional entre blancos y negros y
eliminó las leyes discriminatorias para los negros. En 1993 recibió
el Premio Nóbel de la Paz.
La
discriminación por motivos religiosos o culturales también ha sido
una constante en la historia de la humanidad. Las guerras de religión
(las cruzadas) o la represión y condena por profesar otra religión
distinta a la políticamente admitida era algo común en la Europa
medieval e incluso en el Renacimiento. Muchos científicos sufrieron
en sus carnes el poder represivo de la Inquisición por afirmar cosas
que no estaban de acuerdo con la religión vigente: Galileo, Servet y
Giordano Bruno, entre otros muchos.
En
las democracias occidentales se reconoce el derecho a escoger el modo
de vida espiritual, cambiar de confesión religiosa e incluso carecer
de religión y declarar la inexistencia de cualquier dios (ateismo) o
creencia. También existe el derecho a vivir de acuerdo con las
tradiciones y costumbres que dicta la cultura propia. No obstante,
esta libertad reconocida tiene su contrapartida: no vulnerar la
libertad de los demás y cumplir con las leyes vigentes. En nuestra
sociedad alguien puede declararse seguidor de Mahoma, de Cristo e
incluso ateo sin que esto sea razón de discriminación. Pero las
prácticas religiosas y culturales: usos, costumbres y ritos, solo
serán tolerados si no entran en contradicción con alguna ley. Por
ejemplo, la religión musulmana admite la poligamia, es decir, que un
hombre se pueda casar con más de una mujer. Pero esta práctica,
aunque sea una cuestión admitida por la religión musulmana, está
en España fuera de la ley y no permitirlo no significa
discriminación religiosa, sino respeto a la ley democrática
vigente. Asimismo existe la práctica en muchos países musulmanes de
amputar el clítoris a las niñas (órgano sexual femenino). Esta
práctica se suele fundamentar en cuestiones religiosas y
tradiciones. La ablación, que es como se llama esta amputación,
hace que las niñas no tengan placer sexual de adultas, e incluso que
las relaciones sexuales sean dolorosas. No permitir esta práctica no
es discriminación religiosa, es simplemente hacer cumplir la ley
igual para todos. Amputar un órgano sano a un menor, sin
prescripción médica, es en España un delito, independientemente
del órgano y del motivo.
La discriminación por
razón de orientación sexual se denomina homofobia. En una
democracia tampoco la orientación sexual puede ser causa de
discriminación. Homosexuales (personas que practican sexo con
personas del mismo sexo) y heterosexuales (personas que practican
sexo con personas del sexo contrario) son iguales en dignidad y ante
la ley y tiene por tanto los mismos derechos y obligaciones.
PREGUNTAS
SOBRE EL TEMA
LA DISCRIMINACIÓN
1/Lee
detenidamente el tema y subraya lo más importante.
2/
Escribe un resumen del tema que ocupe entre una página y dos
páginas.
3/¿Qué
dos regímenes políticos fueron claramente racistas en el siglo XX?
4/¿Toda
conducta motivada por cuestiones religiosas debe tolerarse en una
sociedad democrática? Razónalo y pon un ejemplo.
5/¿Qué
es la discriminación?
6/¿Qué
país concedió antes el voto a las mujeres Francia o España? ¿En
qué año?
7/Pon
V o F según sea Verdadero o Falso:
1__La
homofobia es el rechazo a los extranjeros.
2__La
poligamia es estar casado con varias mujeres a la vez.
3__Aparheid
quiere decir unión.
4__Clara
Campoamor fue diputada de la Segunda República española gracias a
la cual se concedió el voto a las mujeres.
5__El
racismo tiene cierta base científica.
6__Racismo
y xenofobia son lo mismo.
7__Mandela
es el primer presidente negro de Sudáfrica y gobierna una sociedad
sin discriminación por raza.
La
palabra ciudadano puede llevarnos a confusión, porque se parece a
ciudad. Entonces podríamos pensar que ciudadanos son los que viven
en ciudades, y aquellas personas que viven en pueblos no serían
ciudadanos. Sin embargo esto no es así. Los ciudadanos pueden vivir
en ciudades o en pueblos. Incluso en pueblos muy pequeños. ¿Pero,
entonces, quiénes son ciudadanos?
Ciudadanos
son las personas que viven en un país que tiene reconocidos ciertos
derechos fundamentales y que también tiene la obligación de cumplir
ciertos deberes. Si alguien no tiene reconocido alguno de estos
derechos es subdito, pero no ciudadano.
Los
derechos fundamentales que tienen aquellas personas que son
ciudadanos son de dos tipos: derechos políticos y derechos civiles.
Los
derechos políticos
fundamentales son dos: Todos los ciudadanos tienen el derecho a
elegir a sus representantes políticos por medio de unas elecciones
libres. Es decir, tienen derecho a participar en la vida política al
menos (aunque no solamente) por medio del sufragio universal libre,
directo y secreto.
También tienen derecho a presentarse
ellos mismos para ser elegidos como representantes políticos de los
demás ciudadanos. Es decir, pueden proponerse como candidatos tras
presentar sus ideas públicamente.
Los
derechos civiles
fundamentales también se llaman libertades civiles o libertades
individuales. Los más importantes son los siguientes:
a)La
libertad de expresión. Todos los ciudadanos tienen derecho a exponer
su opinión públicamente sobre las cuestiones sociales o políticas.
El buen ciudadano ejerce este derecho razonando su opinión. Los
ciudadanos pueden defender a los gobernantes si piensan que lo hacen
bien o pueden criticar a los gobernantes si piensan que éstos lo
hacen mal. El límite de este derecho es la calumnia o el insulto.
b)La
libertad de acción y circulación por el territorio nacional. Todos
los ciudadanos pueden hacer libremente lo que crean conveniente o
pueden vivir donde consideren oportuno. El limite a este derecho es
el perjuicio a terceros. Mi libertad de acción acaba donde empieza
la libertad de los otros ciudadanos. Por ejemplo, puedo escuchar
música en mi casa si me apetece, pero si son las dos de la madrugada
y no dejo dormir al vecino que tiene que madrugar para ir a trabajar
al día siguiente, no puedo escuchar la música muy alta. Mi libertad
de escuchar la música alta estaría entonces privando del derecho de
descansar que tiene mi vecino.
c)La libertad de reunión. Todos
tenemos derecho a reunirnos en un grupo para conversar o divertirnos.
Como el derecho anterior el límite son los derechos y libertades de
los otros. Si la reunión es muy escandalosa y es a altas horas de la
madrugada estoy privando del derecho a descansar a los vecinos. Si la
reunión es en medio de una carretera o en una calle por donde
transita gente, por ejemplo, estoy privando a los otros del derecho a
la circulación por la vía pública, etc.,
d)La libertad de asociación.
Cualquier ciudadano tiene libertad para organizarse con otros
ciudadanos con un objetivo común; y que esta asociación sea
reconocida y legalizada por los poderes vigentes. Los trabajadores
pueden asociarse en sindicatos, los defensores de las ballenas en una
organización ecologista. Son también asociaciones los partidos
políticos. El límite de este derecho es la legalidad vigente, que
el fin no sea explícitamente inmoral o que dañe a terceros
(asociaciones terroristas o narcotraficantes, por ejemplo)
e)Libertad
de iniciativa económica. Todo ciudadano puede emprender un negocio
si tiene un proyecto y se somete a la legalidad vigente. Cualquier
ciudadano, si tiene un proyecto que puede crear riqueza no solo para
él sino para la propia sociedad (crear puestos de trabajo y/o cosas
o estructuras que nos beneficien a todos o a gran parte de la
sociedad) tiene el derecho a intentarlo. A veces este proyecto
necesita una inversión de dinero o capital. El ciudadano puede tener
este dinero porque lo ha ahorrado o porque le ha tocado la lotería,
por ejemplo. Pero también es posible que aún teniendo una idea o
proyecto bueno no pueda llevarlo a cabo porque no tiene dinero para
iniciarlo. Entonces existe la posibilidad de que el Estado, un banco
o incluso un amigo o familiar se lo preste. Este préstamo se
denomina crédito. Y debe ser devuelto con intereses después. Es
decir, poco a poco, diríamos a plazos, pero añadiendo una cantidad
al dinero originario que se denomina interés. A veces una entidad o
un amigo puede dar un crédito a fondo perdido. Esto quiere decir que
si el negocio no funciona no reclamará ningún dinero después. De
modo que todo ciudadano tiene el derecho de abrir una frutería o una
panadería, por ejemplo; o incluso, si sabe mucho de informática,
una tienda de ordenadores innovadores. El pan, la fruta o los
ordenadores no perjudican a los demás ciudadanos. E incluso les
beneficia.
Existe
un tercer tipo de derechos: los
derechos sociales.
Algunos de estos derechos son más bien una declaración de
principios y raramente se cumplen en su totalidad. Pues no solo
dependen de la voluntad de los gobernantes o de una ley que los
defienda sino que es necesario, además de voluntad de crearlos y
defenderlos, dinero para ponerlos en práctica.
Algunos
de los derechos sociales más importantes son los siguientes:
derechos
a recibir asistencia médica y a recibir una educación digna.
También son derechos sociales un trabajo y una vivienda digna.
Una persona que está desempleada porque no hay trabajo y no puede
comprar una casa no puede ejercer estos derechos sociales, aunque
estén prescritos por ley. No obstante, el Estado tiene el deber de
procurar estos derechos.
Los
ciudadanos tiene también deberes. Existen dos deberes fundamentales:
la obligación de cumplir las leyes y la obligación de pagar
impuestos.
PREGUNTAS
SOBRE EL TEMA DERECHOS CIVILES, POLÍTICOS Y SOCIALES
1/Lee
detenidamente el tema y escribe un resumen del tema que ocupe entre una página y dos
páginas.
3/¿Qué
diferencia hay entre ciudadano y súbdito?
4/¿Cuáles
son los dos derechos políticos fundamentales?
5/Cita
tres derechos civiles.
6/Cita
tres derechos sociales.
7/
Pon V o F según sea Verdadero o Falso:
1__Las
personas que viven en pueblos no son ciudadanos.
2__Todo
ciudadano puede emprender unnegocio
si tiene un proyecto y se somete a la legalidad vigente.
3__Cualquier
ciudadano tiene libertad para organizarse con otros ciudadanos con un
objetivo común, incluso los narcotraficantes.
4__Los
derechos fundamentales se dan solo en los países que llamamosdemocráticos.
5__Los
derechos civiles también se llaman libertades civiles o libertades
individuales.
6__La
asistencia sanitaria es un derecho político.
En la
historia del vestido aparece, de cuando en cuando, el «look» del
harapiento, y siempre notamos que el descuido de la vestimenta se une
una precisa elección de vida. Por citar nombres, ahí están los
bohemios de todas las épocas, los hippies
y, los últimos pero no los peores, los actuales punkies.
Modas culturales aparte, un ejemplo clásico nos lo ha ofrecido
siempre el vagabundo instruido, el que prefiere dormir al aire libre,
tal vez bajo un puente del río, antes que rebajarse a compromisos
con el mundo del trabajo. Y bien, sin querer meter a todos los gatos
en un mismo saco, no puede menos que notarse que en todos estos
movimientos hay siempre una irreprimible necesidad de vida sencilla y
libertad. Y es precisamente ésta la clave de lectura para
aproximarse al pensamiento de los cínicos de la Antigüedad.
Los cínicos consideraban que
la felicidad se encontraba en una vida natural y, por ende, libre. Y
el hombre siempre aparecía ante ellos como demasiado artificial, y
esclavo de demasiados convencionalismos sociales. Es artificial el
vestido lujoso, comer con cubiertos, vivir en una casa y todos los
convencionalismos sociales. Primero se fijaron en los niños. Desde
luego un niño es más natural que un adulto. Pero incluso los niños
ya estaban demasiado corrompidos por la sociedad para serviles de
modelos. También ellos viven en casas, se visten con demasiadas
prendas y asumen las costumbres de sus padres. De modo que su modelo
acabó por ser el perro callejero. Un perro sí que es natural. Y
libertario. Hace lo que le apetece en todo momento. Por eso se
llamaron a sí mismos perros, kinos,
es decir, cínicos o perrunos.
La felicidad, para los
cínicos, se puede alcanzar sólo a través de la sencillez y
autosuficiencia. Y los perros le resultaban, al parecer, muy
sencillos y autosuficientes. El cínico verdadero no será nunca
esclavo de sus necesidades físicas y emotivas, no sentirá nunca
temor ante el hambre, el frío y la soledad, y no tendrá jamás
deseos de sexo, de dinero, de poder o de gloria. Si parecen a veces
un poco locos, es sólo porque han elegido un modelo de vida
totalmente opuesto al adoptado por la mayoría. Una vez hecho el
descubrimiento de que los máximos valores de la existencia son los
del alma (de la psyché),
el cínico ejerce una crítica destructiva en el terreno de los
valores tradicionales. Antístenes y Diógenes fueron los exponentes
más famosos de esta escuela.
Antístenes
fue el fundador de la Escuela. Nació en Atenas en el año 446 antes
de Cristo, y dijo una vez:
«Aunque pobre en apariencia, tengo tantas posesiones que hasta me
cuesta encontrarlas: duermo, como y bebo donde más me place, y tengo
la impresión de que todo el mundo me pertenece. Para que los
alimentos se vuelvan más deseables, exploto mi propio apetito: me
abstengo de comer durante un tiempo y, después de un solo día de
ayuno, cualquier alimento que me llevo a la boca me parece de
grandísima calidad. Cuando mi cuerpo siente necesidad de amor, me
uno a una mujer fea, y así ella, como ninguno la desea, me acoge con
grandísima alegría. En resumen, lo importante, amigos míos, es no
sentir necesidad de nada»
Diógenes de Sinope fue
el discípulo aventajado de Antístenes. Nació en el año 404 antes
de Cristo. De él se sabe que vivía en un tonel y que se paseaba
con un farol encendido, incluso de día, diciendo en voz alta: "Yo
busco al hombre", es decir, al verdadero hombre natural.
Evidentemente no lo encontró jamás. El perro callejero le parecía
sin embargo el ser verdaderamente natural, como ya dijimos.
Archiconocido es su encuentro con Alejandro Magno. El rey recorría a
caballo una calle de Corinto, cuando lo vio sentado en unas escaleras
tomando el sol, le dijo:
¾Yo
soy Alejandro Magno. ¿Quién eres tú?
¾Diógenes
el Perro.
¾Pídeme
lo que desees.
¾Apártate,
que me tapas el sol.
El
gran Alejandro se quedó con un par de narices al escuchar aquella
respuesta.
Las
necesidades primarias de Diógenes se reducían al mínimo
indispensable: un manto por toda vestimenta y por lecho, tanto en
verano como en invierno, un cuenco para comer y un tazón para beber.
Un día, sin embargo, al ver a un niño poner las lentejas
directamente sobre el pan, arrojó el cuenco, y cuando vio al mismo
niño beber en el hueco de la mano, arrojó también el tazón. Como
todos los cínicos, sentía una sana desconfianza ante el placer. Una
noche, encontrándose con un amigo que iba a un banquete, le gritó:
"Volverás peor". El aprecio que sentía por su prójimo no
era muy alto: una vez lo vieron mientras interrogaba a una estatua. A
la pregunta de por qué lo hacía, respondió: "Me entreno para
preguntar en vano." A Diógenes, desde luego, no le faltaba el
sentido del humor. Un día en que asistía a la ejercitación de un
arquero particularmente incapaz, fue a sentarse junto al blanco, y
dijo: «este
es el único lugar donde me siento seguro»
Otra vez, encontrándose en una hermosísima finca, rica en alfombras
y sofisticados objetos , le escupió a la cara al propietario;
inmediatamente, le limpió el rostro con el manto y le pidió
disculpas diciendo que no había encontrado en toda la casa un lugar
tan feo como para escupir.
En
el curso de su larga vida le tocó pasar por experiencias de todo
tipo: un día, cuando era viejo, mientras navegaba a lo largo de la
isla de Egina, fue capturado por el pirata Escirpalo. Éste le llevó
a Creta y le puso a la venta en el mercado de esclavos. Cuando el
pregonero le preguntó qué sabía hacer, respondió: «Mandar a los
hombres». Y cuando vio que un tal Seníades, un caballero cargado de
joyas, lo miraba con interés, agregó: «Véndeme a ese pobre
hombre, pues, tal como va ataviado, me parece que tiene urgente
necesidad de un amo» Seníades lo compró y Diógenes se quedó en
su casa, hasta el final de sus días, en calidad de instructor de sus
hijos. Se suicidó a los noventa años, conteniendo la respiración.
A modo de
conclusión
Así
como hay diferencias entre individuos, así también hay diferentes
maneras de entender la vida y la felicidad; todas las lecciones de
los filósofos podían servirnos en parte y cada uno de nosotros
puede tomar de ellas lo que quiera, adaptándolo a su forma de ser.
Bien mirado, ningún libro ni ninguna doctrina puede garantizarnos la
felicidad. No hay recetas para ello. Cada uno tiene que pensar lo que
necesita para ser feliz y qué es lo que verdaderamente quiere,
aunque no esté mal oír los consejos de los filósofos. A pesar de
las diferentes opiniones, sorprende sin embargo una cierta
coincidencia entre todos ellos: en general, la felicidad no era un
asunto de tener
esto o lo otro, sino más bien de ser
de una cierta manera y de adoptar ciertas actitudes vitales frente a
la vida y las cosas, día a día, momento a momento. Saber eso
tampoco era poco.
Tareas sobre el TEMA : La escuela cínica. -Hacer un resumen del tema que ocupe entre una y dos caras. Preguntas:
1/¿De
dónde viene la palabra cínico
y que quiere decir?
2/
a)¿Qué seres tomaron como modelo los cínicos para alcanzar la
felicidad:
1)gatos
2)niños 3)hombres de negocios 4)perros
b)¿Por
qué?
3/
¿Quién inició el pensamiento cínico?
4/¿Qué
hacía Antistenes para que los alimentos le fueran más deseables?
5/
¿Qué hacía Antistenes cuando su cuerpo necesitaba de amor?
6/
¿Dónde vivía Diógenes?
7/
¿A quién buscaba insistentemente Diógenes mientras alumbraba con
un farol?
8/Reproduce
el diálogo que Diógenes tuvo con Alejandro Magno.
FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO TEORÍA
POLÍTICA DE JOHN LOCKE (Inglaterra.1632-1704)
1.
Ética.
El
estado de naturaleza y la ley moral natural.
El
estado de naturaleza se caracteriza por la libertad e igualdad de
todos los hombres en ausencia de una autoridad común. Existe en el
interior de todo hombre una ley moral natural. Tal ley es racional y
por tanto puede ser descubierta por la razón. No obstante, en última
instancia nos viene de Dios. De modo que la ley es universalmente
obligatoria y se impone interiormente a los hombres en ausencia de
todo Estado y legislación positiva. La ley moral natural proclama,
al mismo tiempo, la existencia de unos derechos naturales y sus
deberes correspondientes. Entre ellos Locke destaca el derecho a la
propia conservación, a defender su vida, a la libertad (libertades
individuales), a la propiedad privada y a la herencia.
Puesto
que el hombre tiene el derecho a la propia conservación, tendrá
derecho a poseer las cosas necesarias para ese fin. Por ello, para
Locke el derecho a la propiedad privada es un derecho natural. El
título de propiedad es el trabajo. La razón nos enseña que la
existencia de la propiedad privada está de acuerdo con la voluntad
de Dios, ya que aquello que el hombre obtiene mediante su trabajo le
pertenece tanto como su propio trabajo. Según esta interpretación,
el trabajo constituye tanto la fuente de apropiación de bienes como
su límite, ya que sólo aquellos bienes sobre los que el hombre ha
invertido su propio trabajo le pertenecen. Por otra parte, admite
Locke también el derecho a heredar la propiedad, basándose en que
la familia es una "sociedad natural", naciendo ya sus
miembros con el derecho a la herencia.
2.
Polítca.
Locke
expresa sus principales ideas políticas en
Tratado sobre el gobierno civil (dos libros diferentes que
constituyen dos tratados) y
Carta
sobre la tolerancia
Los
orígenes de la sociedad política: el pacto.
Aunque
los hombres poseen en el estado de naturaleza una ley natural, no se
sigue de ello que todos la respeten de hecho, ni que respeten los
derechos de los demás. Los seres humanos somos también sujetos de
pasiones que pueden provocar injusticias. Estas pasiones pueden hacer
que a la hora de interpretar la ley natural, ejecutarla o juzgar a
otros hombres caigamos en excesos. Por ejemplo, tenemos el derecho
de juzgar a aquel que nos ha agredido o robado, pero podemos ir más
allá de la justicia y actuar vengativamente. Si esto se produce, se
crea una espiral de venganzas y contavenganzas que pueden poner en
peligro la tranquilidad y nuestra propia libertad. Por ello, es de
interés del ser humano constituir una sociedad organizada para
garantizar sus derechos, sus libertades y la propia tranquilidad
mediante un acuerdo o pacto establecido entre todos. Las
restricciones que la sociedad civil impone al estado de naturaleza
originario sólo se pueden justificar mediante el consentimiento:
nadie puede ser sacado del estada de naturaleza y ser sometido por la
fuerza al poder político constituido.
La
constitución de una sociedad civil (pacto político) supone entonces renunciar a
ciertos derechos. Los hombre renuncian a interpretar la ley natural
(poder legislativo), a utilizar la fuerza (poder ejecutivo) y a
juzgar a otros hombres (poder judicial). Pero conlleva unos
beneficios muy concretos. Se crea la sociedad civil y el Estado. Con
el Estado los hombres disponen de una ley escrita que define la ley
natural evitando controversias sobre ella (constitución), se crea un
poder capaz de castigar crímenes y de obligar a ejecutar las
sentencias (poder ejecutivo) y se establece un sistema judicial que
goza del reconocimiento general y evita arbitrariedades y excesos
vengativos (poder judicial). Estas funciones estatales, fruto del
pacto social, abundan en el mantenimiento de la paz. Con ella se
garantizan las libertades civiles (libertad de expresión, de
reunión, etc.) y los derechos de propiedad y de herencia. Libertades
y derechos que en ningún momento los individuos han cedido al
Estado, pero que ahora el Estado administra con ciertas restricciones
que abundan en sus garantías y mantenimiento.
Constitución
del gobierno. La división de poderes.
Mediante
el pacto se instaura la sociedad civil y, posteriormente, el Estado:
el pueblo se constituye en asamblea y elige un gobierno al que confía
una tarea. Además, si queremos evitar un gobierno absoluto y tiránico (Locke está pensando en las monarquías del antiguo régimen) los poderes fundamentales del Estado no pueden estar concentrados en las mismas personas. Bien al contrario: la garantía de que no se produzca abuso de poder radica en una estricta división de este en dos ámbitos diferenciados. Debe haber pues dos poderes fundamentales. El primer poder es el legislativo donde los representantes del pueblo elaborarán las leyes. Tal poder es el poder supremo, pero no es un poder absoluto: tiene que responder a la confianza puesta en él y respetar la ley moral natural. El segundo poder es el poder ejecutivo que garantizará, por la fuerza si fuese necesario, el cumplimiento de las leyes del legislativo. El legislativo vigilará para que el ejecutivo no actúe fuera de la ley. Habla Locke también de otros dos poderes: federativo y judicial. El federativo está encargado de la seguridad del Estado y de las relaciones con el exterior. Y el judicial se encarga de juzgar según la ley a los ciudadanos que incumplen las leyes. Es importante resaltar que para Locke estos dos poderes derivan del ejecutivo y no son pues totalmente independientes de él. Será algunos años después cuando el filósofo francés Montesquieu señalará la importancia de que el poder judicial sea independiente de los otros poderes del Estado.
Si
el Estado no cumple la tarea encomendada, el pueblo tiene derecho a
rebelarse.
La
tolerancia
Importante
en su filosofía política es también la idea de tolerancia
religiosa. Por medio de la fuerza no se puede convencer a nadie a
seguir cierta ideología o creencia. Cada ser humano es libre de
adoptar las creencias que considere oportunas. Venimos al mundo
libres y “limpios” por ley natural (recordemos que para Locke
nacemos con la mente al modo de una hoja en blanco). Sólo nosotros
tenemos el derecho a ejercer poder sobre nuestra persona. El
principio de tolerancia, pues, es fundamental en el liberalismo de
Locke.
La
educación
La
filosofía de la educación de Locke se posiciona directamente contra
cualquier forma de dogmatismo. El tipo de educación que defiende es
la del maestro antidogmático que deja desarrollar libremente las
capacidades del alumno. Esta posición será más tarde adoptada y
ampliamente desarrollada por Rousseau.
Así
como el maestro no debe inculcar ninguna idea al discípulo que no
haya pasado por el filtro de la crítica racional, así el Estado y
sus gobernantes, a un nivel social, no deben fomentar ningún tipo de
idea a seguir, pues representaría una forma de dogmatismo. El Estado
debe ser siempre neutral, política y educativamente.
EJERCICIOS SOBRE EL TEMA
-RESUMEN
Hacer un resumen de entre una cara y dos caras de la filosofía política de Locke PREGUNTAS:
1/¿A qué derechos naturales renuncian los hombres con la
constitución de una sociedad civil o pacto político que supone el Estado?
2/¿Cuáles son los cuatro poderes del Estado para Locke?
3/¿Los poderes "fundamentales" del Estado para Locke deben ser dependientes o independientes? ¿Por qué?
El
estoicismo fue a la vez un conjunto de doctrinas filosóficas, una
manera de vivir, y una determinada visión del mundo y de la vida. Se
inició en Grecia en la misma época que la filosofía de Epicuro,
alrededor del siglo III a. C. En los siglos siguientes se extendió
también por el Imperio Romano. Filósofos pertenecientes al
Estoicismo fueron, por ejemplo, Zenón de Citio (el fundador de esta
corriente filosófica), Epicteto, Sexto Empírico, el cordobés
Séneca y el emperador romano Marco Aurelio. Aunque trataron muchos
temas de filosofía, para los estoicos, al igual que para Epicuro, la
parte más importante de la filosofía fue la Ética. Para los
griegos, en general, sean o no estoicos, la Ética era una rama de la
filosofía que debía servir para ayudar al hombre a vivir y a
alcanzar la felicidad. El Estoicismo fue una filosofía o una actitud
ante la vida especialmente diseñada para tiempos difíciles, para
una época de crisis política, social, cultural, como la que les
tocó vivir a las personas de aquel tiempo.
Centrándonos
ya en materia, para los filósofos estoicos la felicidad no consistía
en el placer y la ausencia de dolor como para Epicuro. Si la
felicidad consistiera en eso, no podría ser algo permanente y
duradero, pues alcanzar el placer y evitar el dolor son cosas que no
siempre dependen de nosotros y por tanto no siempre están en nuestra
mano. Además, si bien se mira, nadie está libre del dolor ni del
sufrimiento. Pero, ¿qué era la felicidad para los estoicos? La
felicidad consistía en la paz y en la tranquilidad del alma. Un
estado de no afectación. Lo que llamaban apatía,
esto es, la ausencia de
emociones, sentimientos y pasiones,
(algo semejante al concepto de ataraxia). Sin embargo, el camino que,
según los estoicos, llevaba a la apatía no era el placer, como
hemos dicho antes, si no al contrario: por una parte había que
renunciar a todo aquello que provoca en nosotros intranquilidad, como
el deseo de placeres y bienes externos que no depende de nosotros el
conseguirlos o no. Por otra parte era necesario alcanzar el dominio
de las propias pasiones como el amor, el odio, la ambición de cosas,
la ira, el temor, los afectos, etc., que tanto pueden llegar a
perturbar la paz del espíritu. En resumen, el camino de la felicidad
estaba en aprender a ser indiferentes y desapegados de las cosas del
mundo exterior y en aprender a controlar las propias emociones y
deseos.
No
menos fundamental para alcanzar la felicidad o apatía era
desarrollar lo que los estoicos llamaban la
virtud. Pero la
virtud no era para ellos lo mismo que para Aristóteles. Para ellos
la virtud consistía fundamentalmente en aceptar de buen grado el
destino. Los estoicos afirmaban que todo lo que sucede en el
Universo, sucede de forma necesaria. En una palabra, creían en el
destino. Pero, además, estaban convencidos de que todo lo que
sucedía, aunque no siempre nos lo pareciera, era bueno y racional,
pues el universo, decían, estaba gobernado por una Razón Universal
que algunos estoicos identificaban con la Divinidad. Así, la muerte,
el dolor, los golpes de la vida, etc., todo tenía una razón de ser.
En vez de lamentarnos por ello, debíamos aceptarlo y sacar provecho
de las adversidades para hacernos fuertes y forjar nuestro carácter.
Por eso, la virtud fundamental consistía en aceptar el destino,
pensando que, fuera el que fuera, era lo más racional y lo mejor. Y
es que los estoicos pensaban que era inútil rebelarse contra lo que
de todos modos ha de suceder, porque todo lo que es exterior a
nosotros está determinado y no podemos cambiarlo, pues no depende de
nosotros. Pero si dependía de nosotros lo que está en nuestro
interior, o sea, la manera en que interpretamos las cosas que
suceden; de nosotros depende que nos afecten y nos perturben mucho o
que apenas nos afecten. Y es que para los estoicos lo que perturba el
alma no son las cosas que suceden a nuestra alrededor, sino la imagen
que nos formamos de ellas en nuestro interior. Decía Séneca: «Lo
importanteno
es cuánto sufres, sino cómo lo sufres».
Una de las claves para ser feliz reside en la manera como nos tomamos
las cosas y sobrellevamos nuestras penas. En la misma línea el
filósofo estoico Epicteto daba el siguiente consejo a uno de sus
amigos: «acuérdate
de que no es el que te insulta o el que te golpea el que te ofende
sino la opinión que tienes de ellos que te hace verlos como gente
que te ultraja. No te dejes dominar por la imaginación»
. La frase de Epicteto se parece al conocido dicho popular que dice:
”no ofende el que quiere, sino el que puede”. El que alguien
pueda o no ofenderme depende de mí, de cómo yo lo veo y de la
importancia que yo le concedo.
En
resumen, el secreto de la felicidad para los estoicos estaba en
controlar las pasiones y en resignarse al destino, pensando que todo
lo que ocurre está bien y tiene una razón de ser. La filosofía de
los estoicos quedó reflejada en muchas sentencias que formularon a
modo de consuelo frente a las adversidades de la vida o a modo de
consejos para alcanzar el ideal de vida buena y feliz. He aquí
algunas de las sentencias más interesantes de los estoico:«La pobreza es
siempre llevadera, mas pobre se era al nacer»,
«Considera las
adversidades como un ejercicio»,
«Languidece la
virtud sin adversario»,
y la última, en
latín: «Abstine
et sustine!»,(¡Domínate
y aguanta!). Si se mira bien, todas perseguían más o menos la misma
finalidad: consolarnos frente a los males de la vida.
Preguntas
sobre el TEMA: LOS ESTOICOS
1/¿Cuándo
y dónde se inició el Estoicismo?
2/¿Quién
fundó la escuela estoica?
3/
Cita otros dos filósofos estoicos
4/¿En
qué consiste la idea de destino?
5/
Según los estoicos, ¿los sucesos que van conformando la vida humana
son absurdos? Razónalo.
6/
Según los estoicos ¿cuál es la actitud más sabia (la conducta más
virtuosa) ante los golpes dolorosos que a veces nos da la vida?
Explícalo.
7/
Cita dos sentencias de los filósofos estoicos que te parezcan
significativas de su filosofía ética.
8/
Subraya las afirmaciones verdaderas:
a)El
mundo se rige por una Razón Universal.
b)Debemos
rebelarnos contra el destino
c)La
felicidad consiste en buscar el placer.
d)Un
carácter sólido que nos ayude a aceptar los sufrimientos de la vida
es bueno para ser feliz.
Thomas
Hobbes es el primer filósofo moderno que elabora una teoría
contractualista. La visión antropológica que se desprende de sus
escritos no es muy halagüeña. A pesar del ropaje materialista y
científico de su filosofía la imagen de los seres humanos que
destila su obra es la de unas criaturas egoístas, pendencieras y
estúpidas. Lo que le llevó a pensar que la gobernabilidad de los
hombres era prácticamente imposible sin un gran poder capaz de
atemorizarlos a todos.
Es
posible que el genio de Hobbes fuese naturalmente misántropo. Pero
la época que le tocó vivir no le dio muchas posibilidades de
modificar su ánimo. Nació en 1588 de forma prematura a causa del
terror de su madre al constatar que la armada española se acercaba a
las costas británicas. A propósito de aquel acontecimiento el
propio Hobbes dirá: «El miedo y yo nacimos gemelos». Frase que es
toda una presentación. Después de tan accidentado nacimiento la
cosa no fue mucho mejor. A la vez que el continente europeo se
desangraba en cruentas guerras de religión, Hobbes vivió en su
propio país dos guerras civiles, la decapitación del rey Carlos I,
la dictadura de Cromwell y la restauración de la dinastía de los
Estuardo. Hubo entonces uno poco de paz y tranquilidad en Inglaterra.
Para mantener esa paz anhelada tan escasa en la época, Hobbes
defendió de facto durante sus últimos días la monarquía de Carlos
II, rey católico con pretensiones de monarca absoluto; aunque la
legitimación que el filósofo propondrá no será religiosa sino
pretendidamente racional. El sujeto temible al que todos deberían
obediencia se llamaba Estado. En su obra fundamental Leviatán,
publicada en 1651, lo comparaba con el terrible monstruo marino que
aparece en la Biblia. Hobbes murió en 1679 sin llegar a conocer la
monarquía constitucional a la que daría lugar la Revolución
Gloriosa de 1688.
Para
Hobbes los hombres en estado de naturaleza están dominados por sus
pasiones: el instinto de conservación y la búsqueda de su propio
bien. Todos compiten por las mismas cosas, desconfían de los otros y
buscan reconocimiento y gloria. Dado que tienen también libertad
natural para conseguir sus fines aun a costa del bien de los otros,
la situación desemboca pronto en una guerra de todos contra todos.
La situación de guerra no es siempre explícita. La desconfianza
mutua y la disposición a la lucha es ya una situación de guerra. Y
aunque no haya violencia física durante algún tiempo no quiere
decir que haya paz, sino tregua:
«durante
el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los
atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se
denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos.
Porque la guerra no consiste solamente en batallar, en el acto de
luchar, sino que se da durante el lapso en que la voluntad de luchar
se manifiesta de modo suficiente.»1
De
modo que este es nuestro comportamiento natural: el hombre es un lobo
para el hombre. Cuando la violencia se hace patente, podría ocurrir
que los más fuertes ganaran esta guerra y al menos se produjese una
cierta estabilidad duradera. Pero según Hobbes esto es prácticamente
imposible. Cierto que hay hombres más fuertes que otros, pero
nuestras capacidades pueden ser potencialmente equivalentes en una
situación de conflicto continuado. Aunque algunos sean más fuertes,
otros son más hábiles o más inteligentes, y en cualquier caso
todos tenemos que dormir en algún momento y estar en una situación
de máxima vulnerabilidad. Siendo así, la guerra entre todos no
satisface a nadie y la victoria definitiva de unos sobre otros no se
produce nunca. En tal escenario predomina el miedo y la vida de los
hombres es corta y miserable; los hombres son enemigos entre sí y
cada uno depende de su fuerza y de su ingenio para sobrevivir:
«En
una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya
que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la
tierra, ni navegación, ni uso de artículos que pueden ser
importados por mar, ni construcciones confortables, ni instrumentos
para mover y remover las cosas que requieren mucha fuerza, ni
conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputo del tiempo, ni
artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe
continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es
solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.»2.
Hobbes
no considera que el hombre en estado de naturaleza sea malvado. El
lobo que degüella un ternero tampoco lo es. En estado de naturaleza
no existe el bien o el mal moral, ni en lobos ni en humanos, pues
todos tienen la libertad natural de satisfacer sus instintos
naturales. La valoración moral o la justicia solo podrá aparecer en
un estado civil donde existan leyes de obligado cumplimiento.
Dado
que los hombres tienen también conocimiento y razón procuran un
pacto o contrato entre ellos para acabar con esta penosa e insociable
situación natural. Las abejas o las hormigas son sociales por
naturaleza, como dijo Aristóteles, pero los seres humanos tenemos
que alcanzar el grado de sociedad de modo artificial, a través de un
peculiar rodeo. En este pacto todos los hombres renuncian a su
derecho natural, es decir, a ejercer su natural libertad para
alcanzar sus fines egoístas sometiendo o dañando a otros si fuese
necesario. Pero tal norma básica no sería practicable si no hubiese
un poder incuestionable y coactivo que les obligase a todos. De modo
que acuerdan dar este poder a un solo hombre o a un grupo para
mantener el orden y procurar la paz. Tal hombre o asamblea de hombres
es el soberano y tendrá un poder absoluto, indivisible e
irrepresentable. Se constituye así la sociedad civil y el Estado.
El
soberano posee un poder absoluto y no está sometido a ley alguna,
pues permanece en estado de naturaleza. El contrato se ha hecho entre
los hombres, pero no con el soberano. A partir de este momento los
hombres serán súbditos del soberano. La única incuestionable
exigencia al soberano es procurar la paz. Los súbditos no tienen
derecho de resistencia o rebelión ni siquiera ante un jefe cruel o
pendenciero, pero si el pueblo se rebela y establece otro soberano,
este último habrá de ser igualmente respetado para que el pacto
primigenio, y sus incuestionables beneficios, siga vigente.
Thomas
Hobbes es visto por algunos como el precursor de los estados
totalitarios del siglo XX y por otros como el primer filósofo
liberal. En cierto sentido ambos tienen razón. Si la condición del
pacto social es la instauración de la paz, una paz sincera entre
todos los súbditos, esto pasa por el respecto a la vida y la
conservación de la misma tanto de los súbditos entre sí como del
soberano hacia sus gobernados. Tal condición actúa como una especie
de derecho natural necesariamente respetado por el soberano y por
tanto como un mínimo Estado de derecho de corte iusnaturalista.
«Si
el soberano ordena a un hombre (aunque justamente condenado) que se
mate, hiera o mutile a sí mismo, o que no resista a quienes le
ataquen, o que se abstenga del uso de alimentos, de la medicina, o de
cualquier otra cosa, sin la cual no puede vivir, ese hombre tiene la
libertad de desobedecer.»
Pero
dado que el soberano puede dictar la ley según su voluntad, y esta
ley será la única justicia posible, el Estado de Hobbes nos
recuerda también a los regímenes totalitarios. Para Hobbes es el
poder y no la verdad el que hace la ley (Auctoritas non veritas facit
legem). Frase que habría subscrito Hitler sin ningún problema.
Hobbes se muestra entonces como un iuspositivista puro que no
reconoce una instancia previa y superior que pueda determinar la
justicia ni limitar el poder
ROUSSEAU
Estado de naturaleza Rousseau considera la civilización a partir de un modelo degenerativo. La historia de los hombres deviene desde un idílico Estado de Naturaleza hasta la Civilización corrupta del Antiguo Régimen. Sin embargo, para Rousseau el Estado de Naturaleza no es algo histórico, es más bien un “artificio”, una “construcción mental” o una hipótesis de trabajo. Se trataría de imaginar cómo sería la vida del hombre al margen de toda sociedad organizada y de toda noción de Estado. Según Rossseau, el hombre en el Estado de Naturaleza es naturalmente inocente, solitario, libre e independiente. El apareamiento se produce por encuentros casuales y la relación madre-hijo perdura hasta que el niño puede valerse por sí mismo. Los hombres viven en el presente, sin noción de futuro. Su mayor preocupación es la propia conservación y la supervivencia. Son egocéntricos, pero su egocentrismo se ve compensado por su “compasión natural”: sienten espontáneamente piedad ante las penurias de otros seres humanos. En el Estado de Naturaleza los deseos de los hombres coinciden con sus necesidades naturales y por tanto son limitados, simples y se satisfacen fácilmente. Cierto que hay desigualdades de tipo físico como la edad o la fuerza, pero dada la simplicidad de las necesidades, la independencia de los individuos y la abundancia de bienes, dichas desigualdades no son objeto de competencia ni son por tanto determinantes para la supervivencia.