miércoles, 20 de mayo de 2020

QUÉ ES REALMENTE LA DEMOCRACIA


FILOSOFÍA 1º DE BCHILLERATO

PRIMERA PARTE




SEGUNDA PARTE




PREGUNTAS SOBRE EL VIDEO

Según el video...

1/¿Qué dos paises fueron los primeros en constituirse en repúblicas de gobiernos representativos?
2/¿Los líderes de los partidos políticos suelen ser los mejores de entre los miembros del partido? Explícalo
3/¿La mayoría de los parlamentos actuales son realmente deliberativos? Explícalo
4/Señala tres grandes diferencias entre los actuales "gobiernos representativos" y la antigua democracia de Atenas

martes, 5 de mayo de 2020

LA DISCRIMINACIÓN

VALORES ÉTICOS 1ºESO

LA DISCRIMINACIÓN

La discriminación es el tratamiento desfavorable hacia personas o colectivos concretos. Los grupos que a lo largo de la historia han sufrido discriminación han sido muchos: mujeres, etnias, clases sociales, grupos religiosos, enfermos y homosexuales. La discriminación supone considerar a la persona a la que se discrimina no solo como alguien diferente, sino también como alguien inferior. Por eso la discriminación atenta contra el principio de igualdad en dignidad e igualdad jurídica. En una democracia todos somos iguales ante la ley y tenemos los mismos derechos y obligaciones.
La discriminación de la mujer ha estado presente a lo largo de la historia. En la Edad Antigua se consideraba a la mujer y a los hijos como una propiedad del varón. Incluso en la primera democracia, en Atenas, la ciudadanía era solo masculina. Las mujeres no participaban de la vida política y estaban recluidas en el hogar sometidas a la tutela del padre o del marido.

En la Edad Contemporánea se concedió el voto a la mujer en España durante la Segunda República, en el año 1931. Fue gracias a la diputada Clara Campoamor que fue capaz de defender su idea incluso contra miembros de su propio partido en un congreso donde sólo había tres mujeres. En Francia fue en el año 1944. De modo que la igualdad jurídica e igualdad en derechos políticos de la mujer en el ámbito democrático de Occidente es muy reciente. En la actualidad la discriminación social, política y jurídica hacia la mujer es aún una trágica realidad en algunos paises donde hay teocracias islámicas donde se sigue considerando a la mujer como un ser subordinado al hombre sin capacidad de decidir libremente sobre su futuro.
La discriminación por motivos de raza o etnia se llama racismo. Cuando la discriminación no es estrictamente por la raza sino por pertenecer a un país distinto, se llama xenofobia. Desde la Antigüedad se ha intentado establecer una clasificación de los seres humanos en función de su aspecto físico, y esto se tradujo en la primera división de los grupos humanos en razas (negra, blanca, amarilla y cobriza). Sin embargo la genética ha desvelado que, pese a las diferencias externas, la humanidad tiene una única raíz común: todos somos individuos de una misma especie, homo sapiens. Así pues, el color de la piel y cualquier otra característica externa constituyen rasgos secundarios e irrelevantes (como serían el color del pelo, la estatura o el peso) para diferenciar a las personas o a los grupos humanos. Por eso, en realidad, establecer una clasificación de superioridad o inferioridad a partir de la noción de raza carece de base científica.
Desde antiguo se ha considerado que existen razas inferiores. Hasta el siglo XIX era normal esclavizar a los negros o a los indios americanos alegando una inferioridad racial. En el siglo XX los dos regímenes políticos que llevaron a su máxima expresión un planteamiento racista de la sociedad fueron el régimen nazi en Alemania y la política del apartheid (que significa "separación" en idioma afrikáans), en Sudáfrica. El aparheid fue un sistema social impuesto por los gobiernos de minoría blanca en Sudáfrica. Bajo este sistema los grupos étnicos estaban separados, y a la mayoría no blanca se le negaban numerosos derechos, como el de votar y el de libre circulación por el territorio nacional. Hoy Sudáfrica es un país democrático y no racista gracias, en gran medida, al líder negro Nelson Mandela. Mandela fue arrestado en 1962 por sus acciones contra el régimen racista y condenado a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta su muerte en el año 2013. Durante su mandato dio prioridad a la reconciliación nacional entre blancos y negros y eliminó las leyes discriminatorias para los negros. En 1993 recibió el Premio Nóbel de la Paz.
La discriminación por motivos religiosos o culturales también ha sido una constante en la historia de la humanidad. Las guerras de religión (las cruzadas) o la represión y condena por profesar otra religión distinta a la políticamente admitida era algo común en la Europa medieval e incluso en el Renacimiento. Muchos científicos sufrieron en sus carnes el poder represivo de la Inquisición por afirmar cosas que no estaban de acuerdo con la religión vigente: Galileo, Servet y Giordano Bruno, entre otros muchos.
En las democracias occidentales se reconoce el derecho a escoger el modo de vida espiritual, cambiar de confesión religiosa e incluso carecer de religión y declarar la inexistencia de cualquier dios (ateismo) o creencia. También existe el derecho a vivir de acuerdo con las tradiciones y costumbres que dicta la cultura propia. No obstante, esta libertad reconocida tiene su contrapartida: no vulnerar la libertad de los demás y cumplir con las leyes vigentes. En nuestra sociedad alguien puede declararse seguidor de Mahoma, de Cristo e incluso ateo sin que esto sea razón de discriminación. Pero las prácticas religiosas y culturales: usos, costumbres y ritos, solo serán tolerados si no entran en contradicción con alguna ley. Por ejemplo, la religión musulmana admite la poligamia, es decir, que un hombre se pueda casar con más de una mujer. Pero esta práctica, aunque sea una cuestión admitida por la religión musulmana, está en España fuera de la ley y no permitirlo no significa discriminación religiosa, sino respeto a la ley democrática vigente. Asimismo existe la práctica en muchos países musulmanes de amputar el clítoris a las niñas (órgano sexual femenino). Esta práctica se suele fundamentar en cuestiones religiosas y tradiciones. La ablación, que es como se llama esta amputación, hace que las niñas no tengan placer sexual de adultas, e incluso que las relaciones sexuales sean dolorosas. No permitir esta práctica no es discriminación religiosa, es simplemente hacer cumplir la ley igual para todos. Amputar un órgano sano a un menor, sin prescripción médica, es en España un delito, independientemente del órgano y del motivo.

La discriminación por razón de orientación sexual se denomina homofobia. En una democracia tampoco la orientación sexual puede ser causa de discriminación. Homosexuales (personas que practican sexo con personas del mismo sexo) y heterosexuales (personas que practican sexo con personas del sexo contrario) son iguales en dignidad y ante la ley y tiene por tanto los mismos derechos y obligaciones.

PREGUNTAS SOBRE EL TEMA
  LA DISCRIMINACIÓN

1/Lee detenidamente el tema y subraya lo más importante.
2/ Escribe un resumen del tema que ocupe entre una página y dos páginas.
3/¿Qué dos regímenes políticos fueron claramente racistas en el siglo XX?
4/¿Toda conducta motivada por cuestiones religiosas debe tolerarse en una sociedad democrática? Razónalo y pon un ejemplo.
5/¿Qué es la discriminación?
6/¿Qué país concedió antes el voto a las mujeres Francia o España? ¿En qué año?

7/Pon V o F según sea Verdadero o Falso:
1__La homofobia es el rechazo a los extranjeros.
2__La poligamia es estar casado con varias mujeres a la vez.
3__Aparheid quiere decir unión.
4__Clara Campoamor fue diputada de la Segunda República española gracias a la cual se concedió el voto a las mujeres.
5__El racismo tiene cierta base científica.
6__Racismo y xenofobia son lo mismo.
7__Mandela es el primer presidente negro de Sudáfrica y gobierna una sociedad sin discriminación por raza.

DERECHOS CIVILES, POLÍTICOS Y SOCIALES

VALORES ÉTICOS 3ºESO


La palabra ciudadano puede llevarnos a confusión, porque se parece a ciudad. Entonces podríamos pensar que ciudadanos son los que viven en ciudades, y aquellas personas que viven en pueblos no serían ciudadanos. Sin embargo esto no es así. Los ciudadanos pueden vivir en ciudades o en pueblos. Incluso en pueblos muy pequeños. ¿Pero, entonces, quiénes son ciudadanos?
Ciudadanos son las personas que viven en un país que tiene reconocidos ciertos derechos fundamentales y que también tiene la obligación de cumplir ciertos deberes. Si alguien no tiene reconocido alguno de estos derechos es subdito, pero no ciudadano.
Los derechos fundamentales que tienen aquellas personas que son ciudadanos son de dos tipos: derechos políticos y derechos civiles.
Los derechos políticos fundamentales son dos: Todos los ciudadanos tienen el derecho a elegir a sus representantes políticos por medio de unas elecciones libres. Es decir, tienen derecho a participar en la vida política al menos (aunque no solamente) por medio del sufragio universal libre, directo y secreto.
También tienen derecho a presentarse ellos mismos para ser elegidos como representantes políticos de los demás ciudadanos. Es decir, pueden proponerse como candidatos tras presentar sus ideas públicamente.
Los derechos civiles fundamentales también se llaman libertades civiles o libertades individuales. Los más importantes son los siguientes:
a)La libertad de expresión. Todos los ciudadanos tienen derecho a exponer su opinión públicamente sobre las cuestiones sociales o políticas. El buen ciudadano ejerce este derecho razonando su opinión. Los ciudadanos pueden defender a los gobernantes si piensan que lo hacen bien o pueden criticar a los gobernantes si piensan que éstos lo hacen mal. El límite de este derecho es la calumnia o el insulto.
b)La libertad de acción y circulación por el territorio nacional. Todos los ciudadanos pueden hacer libremente lo que crean conveniente o pueden vivir donde consideren oportuno. El limite a este derecho es el perjuicio a terceros. Mi libertad de acción acaba donde empieza la libertad de los otros ciudadanos. Por ejemplo, puedo escuchar música en mi casa si me apetece, pero si son las dos de la madrugada y no dejo dormir al vecino que tiene que madrugar para ir a trabajar al día siguiente, no puedo escuchar la música muy alta. Mi libertad de escuchar la música alta estaría entonces privando del derecho de descansar que tiene mi vecino.
c)La libertad de reunión. Todos tenemos derecho a reunirnos en un grupo para conversar o divertirnos. Como el derecho anterior el límite son los derechos y libertades de los otros. Si la reunión es muy escandalosa y es a altas horas de la madrugada estoy privando del derecho a descansar a los vecinos. Si la reunión es en medio de una carretera o en una calle por donde transita gente, por ejemplo, estoy privando a los otros del derecho a la circulación por la vía pública, etc.,
d)La libertad de asociación. Cualquier ciudadano tiene libertad para organizarse con otros ciudadanos con un objetivo común; y que esta asociación sea reconocida y legalizada por los poderes vigentes. Los trabajadores pueden asociarse en sindicatos, los defensores de las ballenas en una organización ecologista. Son también asociaciones los partidos políticos. El límite de este derecho es la legalidad vigente, que el fin no sea explícitamente inmoral o que dañe a terceros (asociaciones terroristas o narcotraficantes, por ejemplo)
e)Libertad de iniciativa económica. Todo ciudadano puede emprender un negocio si tiene un proyecto y se somete a la legalidad vigente. Cualquier ciudadano, si tiene un proyecto que puede crear riqueza no solo para él sino para la propia sociedad (crear puestos de trabajo y/o cosas o estructuras que nos beneficien a todos o a gran parte de la sociedad) tiene el derecho a intentarlo. A veces este proyecto necesita una inversión de dinero o capital. El ciudadano puede tener este dinero porque lo ha ahorrado o porque le ha tocado la lotería, por ejemplo. Pero también es posible que aún teniendo una idea o proyecto bueno no pueda llevarlo a cabo porque no tiene dinero para iniciarlo. Entonces existe la posibilidad de que el Estado, un banco o incluso un amigo o familiar se lo preste. Este préstamo se denomina crédito. Y debe ser devuelto con intereses después. Es decir, poco a poco, diríamos a plazos, pero añadiendo una cantidad al dinero originario que se denomina interés. A veces una entidad o un amigo puede dar un crédito a fondo perdido. Esto quiere decir que si el negocio no funciona no reclamará ningún dinero después. De modo que todo ciudadano tiene el derecho de abrir una frutería o una panadería, por ejemplo; o incluso, si sabe mucho de informática, una tienda de ordenadores innovadores. El pan, la fruta o los ordenadores no perjudican a los demás ciudadanos. E incluso les beneficia.
Existe un tercer tipo de derechos: los derechos sociales. Algunos de estos derechos son más bien una declaración de principios y raramente se cumplen en su totalidad. Pues no solo dependen de la voluntad de los gobernantes o de una ley que los defienda sino que es necesario, además de voluntad de crearlos y defenderlos, dinero para ponerlos en práctica.
Algunos de los derechos sociales más importantes son los siguientes: derechos a recibir asistencia médica y a recibir una educación digna. También son derechos sociales un trabajo y una vivienda digna. Una persona que está desempleada porque no hay trabajo y no puede comprar una casa no puede ejercer estos derechos sociales, aunque estén prescritos por ley. No obstante, el Estado tiene el deber de procurar estos derechos.
Los ciudadanos tiene también deberes. Existen dos deberes fundamentales: la obligación de cumplir las leyes y la obligación de pagar impuestos.


PREGUNTAS SOBRE EL TEMA  DERECHOS CIVILES, POLÍTICOS Y SOCIALES

1/Lee detenidamente el tema y escribe un resumen del tema que ocupe entre una página y dos páginas.
3/¿Qué diferencia hay entre ciudadano y súbdito?
4/¿Cuáles son los dos derechos políticos fundamentales?
5/Cita tres derechos civiles.
6/Cita tres derechos sociales.

7/ Pon V o F según sea Verdadero o Falso:
1__Las personas que viven en pueblos no son ciudadanos.

2__Todo ciudadano puede emprender un negocio si tiene un proyecto y se somete a la legalidad vigente.

3__Cualquier ciudadano tiene libertad para organizarse con otros ciudadanos con un objetivo común, incluso los narcotraficantes.

4__Los derechos fundamentales se dan solo en los países que llamamos democráticos.

5__Los derechos civiles también se llaman libertades civiles o libertades individuales.

6__La asistencia sanitaria es un derecho político.

LA ESCUELA CÍNICA.

VALORES ÉTICOS 4ºESO






LA ESCUELA CÍNICA


En la historia del vestido aparece, de cuando en cuando, el «look» del harapiento, y siempre notamos que el descuido de la vestimenta se une una precisa elección de vida. Por citar nombres, ahí están los bohemios de todas las épocas, los hippies y, los últimos pero no los peores, los actuales punkies. Modas culturales aparte, un ejemplo clásico nos lo ha ofrecido siempre el vagabundo instruido, el que prefiere dormir al aire libre, tal vez bajo un puente del río, antes que rebajarse a compromisos con el mundo del trabajo. Y bien, sin querer meter a todos los gatos en un mismo saco, no puede menos que notarse que en todos estos movimientos hay siempre una irreprimible necesidad de vida sencilla y libertad. Y es precisamente ésta la clave de lectura para aproximarse al pensamiento de los cínicos de la Antigüedad.
Los cínicos consideraban que la felicidad se encontraba en una vida natural y, por ende, libre. Y el hombre siempre aparecía ante ellos como demasiado artificial, y esclavo de demasiados convencionalismos sociales. Es artificial el vestido lujoso, comer con cubiertos, vivir en una casa y todos los convencionalismos sociales. Primero se fijaron en los niños. Desde luego un niño es más natural que un adulto. Pero incluso los niños ya estaban demasiado corrompidos por la sociedad para serviles de modelos. También ellos viven en casas, se visten con demasiadas prendas y asumen las costumbres de sus padres. De modo que su modelo acabó por ser el perro callejero. Un perro sí que es natural. Y libertario. Hace lo que le apetece en todo momento. Por eso se llamaron a sí mismos perros, kinos, es decir, cínicos o perrunos.
La felicidad, para los cínicos, se puede alcanzar sólo a través de la sencillez y autosuficiencia. Y los perros le resultaban, al parecer, muy sencillos y autosuficientes. El cínico verdadero no será nunca esclavo de sus necesidades físicas y emotivas, no sentirá nunca temor ante el hambre, el frío y la soledad, y no tendrá jamás deseos de sexo, de dinero, de poder o de gloria. Si parecen a veces un poco locos, es sólo porque han elegido un modelo de vida totalmente opuesto al adoptado por la mayoría. Una vez hecho el descubrimiento de que los máximos valores de la existencia son los del alma (de la psyché), el cínico ejerce una crítica destructiva en el terreno de los valores tradicionales. Antístenes y Diógenes fueron los exponentes más famosos de esta escuela.
Antístenes fue el fundador de la Escuela. Nació en Atenas en el año 446 antes de Cristo, y dijo una vez: «Aunque pobre en apariencia, tengo tantas posesiones que hasta me cuesta encontrarlas: duermo, como y bebo donde más me place, y tengo la impresión de que todo el mundo me pertenece. Para que los alimentos se vuelvan más deseables, exploto mi propio apetito: me abstengo de comer durante un tiempo y, después de un solo día de ayuno, cualquier alimento que me llevo a la boca me parece de grandísima calidad. Cuando mi cuerpo siente necesidad de amor, me uno a una mujer fea, y así ella, como ninguno la desea, me acoge con grandísima alegría. En resumen, lo importante, amigos míos, es no sentir necesidad de nada»
Diógenes de Sinope fue el discípulo aventajado de Antístenes. Nació en el año 404 antes de Cristo. De él se sabe que vivía en un tonel y que se paseaba con un farol encendido, incluso de día, diciendo en voz alta: "Yo busco al hombre", es decir, al verdadero hombre natural. Evidentemente no lo encontró jamás. El perro callejero le parecía sin embargo el ser verdaderamente natural, como ya dijimos. Archiconocido es su encuentro con Alejandro Magno. El rey recorría a caballo una calle de Corinto, cuando lo vio sentado en unas escaleras tomando el sol, le dijo:
¾Yo soy Alejandro Magno. ¿Quién eres tú?
¾Diógenes el Perro.
¾Pídeme lo que desees.
¾Apártate, que me tapas el sol.
El gran Alejandro se quedó con un par de narices al escuchar aquella respuesta.
Las necesidades primarias de Diógenes se reducían al mínimo indispensable: un manto por toda vestimenta y por lecho, tanto en verano como en invierno, un cuenco para comer y un tazón para beber. Un día, sin embargo, al ver a un niño poner las lentejas directamente sobre el pan, arrojó el cuenco, y cuando vio al mismo niño beber en el hueco de la mano, arrojó también el tazón. Como todos los cínicos, sentía una sana desconfianza ante el placer. Una noche, encontrándose con un amigo que iba a un banquete, le gritó: "Volverás peor". El aprecio que sentía por su prójimo no era muy alto: una vez lo vieron mientras interrogaba a una estatua. A la pregunta de por qué lo hacía, respondió: "Me entreno para preguntar en vano." A Diógenes, desde luego, no le faltaba el sentido del humor. Un día en que asistía a la ejercitación de un arquero particularmente incapaz, fue a sentarse junto al blanco, y dijo: «este es el único lugar donde me siento seguro» Otra vez, encontrándose en una hermosísima finca, rica en alfombras y sofisticados objetos , le escupió a la cara al propietario; inmediatamente, le limpió el rostro con el manto y le pidió disculpas diciendo que no había encontrado en toda la casa un lugar tan feo como para escupir.
En el curso de su larga vida le tocó pasar por experiencias de todo tipo: un día, cuando era viejo, mientras navegaba a lo largo de la isla de Egina, fue capturado por el pirata Escirpalo. Éste le llevó a Creta y le puso a la venta en el mercado de esclavos. Cuando el pregonero le preguntó qué sabía hacer, respondió: «Mandar a los hombres». Y cuando vio que un tal Seníades, un caballero cargado de joyas, lo miraba con interés, agregó: «Véndeme a ese pobre hombre, pues, tal como va ataviado, me parece que tiene urgente necesidad de un amo» Seníades lo compró y Diógenes se quedó en su casa, hasta el final de sus días, en calidad de instructor de sus hijos. Se suicidó a los noventa años, conteniendo la respiración.

A modo de conclusión

Así como hay diferencias entre individuos, así también hay diferentes maneras de entender la vida y la felicidad; todas las lecciones de los filósofos podían servirnos en parte y cada uno de nosotros puede tomar de ellas lo que quiera, adaptándolo a su forma de ser. Bien mirado, ningún libro ni ninguna doctrina puede garantizarnos la felicidad. No hay recetas para ello. Cada uno tiene que pensar lo que necesita para ser feliz y qué es lo que verdaderamente quiere, aunque no esté mal oír los consejos de los filósofos. A pesar de las diferentes opiniones, sorprende sin embargo una cierta coincidencia entre todos ellos: en general, la felicidad no era un asunto de tener esto o lo otro, sino más bien de ser de una cierta manera y de adoptar ciertas actitudes vitales frente a la vida y las cosas, día a día, momento a momento. Saber eso tampoco era poco.


Tareas sobre el TEMA : La escuela cínica.

-Hacer un resumen del tema que ocupe entre una y dos caras.

Preguntas:

1/¿De dónde viene la palabra cínico y que quiere decir?
2/ a)¿Qué seres tomaron como modelo los cínicos para alcanzar la felicidad:

1)gatos 2)niños 3)hombres de negocios 4)perros
    b)¿Por qué?

3/ ¿Quién inició el pensamiento cínico?
4/¿Qué hacía Antistenes para que los alimentos le fueran más deseables?
5/ ¿Qué hacía Antistenes cuando su cuerpo necesitaba de amor?
6/ ¿Dónde vivía Diógenes?
7/ ¿A quién buscaba insistentemente Diógenes mientras alumbraba con un farol?
8/Reproduce el diálogo que Diógenes tuvo con Alejandro Magno.

TEORÍA POLÍTICA DE JOHN LOCKE

FILOSOFÍA 1º BACHILLERATO



TEORÍA POLÍTICA DE JOHN LOCKE  (Inglaterra.1632-1704)
1. Ética.
El estado de naturaleza y la ley moral natural.
El estado de naturaleza se caracteriza por la libertad e igualdad de todos los hombres en ausencia de una autoridad común. Existe en el interior de todo hombre una ley moral natural. Tal ley es racional y por tanto puede ser descubierta por la razón. No obstante, en última instancia nos viene de Dios. De modo que la ley es universalmente obligatoria y se impone interiormente a los hombres en ausencia de todo Estado y legislación positiva. La ley moral natural proclama, al mismo tiempo, la existencia de unos derechos naturales y sus deberes correspondientes. Entre ellos Locke destaca el derecho a la propia conservación, a defender su vida, a la libertad (libertades individuales), a la propiedad privada y a la herencia.
Puesto que el hombre tiene el derecho a la propia conservación, tendrá derecho a poseer las cosas necesarias para ese fin. Por ello, para Locke el derecho a la propiedad privada es un derecho natural. El título de propiedad es el trabajo. La razón nos enseña que la existencia de la propiedad privada está de acuerdo con la voluntad de Dios, ya que aquello que el hombre obtiene mediante su trabajo le pertenece tanto como su propio trabajo. Según esta interpretación, el trabajo constituye tanto la fuente de apropiación de bienes como su límite, ya que sólo aquellos bienes sobre los que el hombre ha invertido su propio trabajo le pertenecen. Por otra parte, admite Locke también el derecho a heredar la propiedad, basándose en que la familia es una "sociedad natural", naciendo ya sus miembros con el derecho a la herencia.

2. Polítca.
Locke expresa sus principales ideas políticas en Tratado sobre el gobierno civil (dos libros diferentes que constituyen dos tratados) y Carta sobre la tolerancia

Los orígenes de la sociedad política: el pacto.
Aunque los hombres poseen en el estado de naturaleza una ley natural, no se sigue de ello que todos la respeten de hecho, ni que respeten los derechos de los demás. Los seres humanos somos también sujetos de pasiones que pueden provocar injusticias. Estas pasiones pueden hacer que a la hora de interpretar la ley natural, ejecutarla o juzgar a otros hombres caigamos en excesos. Por ejemplo, tenemos el derecho de juzgar a aquel que nos ha agredido o robado, pero podemos ir más allá de la justicia y actuar vengativamente. Si esto se produce, se crea una espiral de venganzas y contavenganzas que pueden poner en peligro la tranquilidad y nuestra propia libertad. Por ello, es de interés del ser humano constituir una sociedad organizada para garantizar sus derechos, sus libertades y la propia tranquilidad mediante un acuerdo o pacto establecido entre todos. Las restricciones que la sociedad civil impone al estado de naturaleza originario sólo se pueden justificar mediante el consentimiento: nadie puede ser sacado del estada de naturaleza y ser sometido por la fuerza al poder político constituido.
La constitución de una sociedad civil (pacto político) supone entonces renunciar a ciertos derechos. Los hombre renuncian a interpretar la ley natural (poder legislativo), a utilizar la fuerza (poder ejecutivo) y a juzgar a otros hombres (poder judicial). Pero conlleva unos beneficios muy concretos. Se crea la sociedad civil y el Estado. Con el Estado los hombres disponen de una ley escrita que define la ley natural evitando controversias sobre ella (constitución), se crea un poder capaz de castigar crímenes y de obligar a ejecutar las sentencias (poder ejecutivo) y se establece un sistema judicial que goza del reconocimiento general y evita arbitrariedades y excesos vengativos (poder judicial). Estas funciones estatales, fruto del pacto social, abundan en el mantenimiento de la paz. Con ella se garantizan las libertades civiles (libertad de expresión, de reunión, etc.) y los derechos de propiedad y de herencia. Libertades y derechos que en ningún momento los individuos han cedido al Estado, pero que ahora el Estado administra con ciertas restricciones que abundan en sus garantías y mantenimiento.

Constitución del gobierno. La división de poderes.
Mediante el pacto se instaura la sociedad civil y, posteriormente, el Estado: el pueblo se constituye en asamblea y elige un gobierno al que confía una tarea.

Además, si queremos evitar un gobierno absoluto y tiránico (Locke está pensando en las monarquías del antiguo régimen) los poderes fundamentales del Estado no pueden estar concentrados en las mismas personas. Bien al contrario: la garantía de que no se produzca abuso de poder radica en una estricta división de este en dos ámbitos diferenciados. Debe haber pues dos poderes fundamentales. El primer poder es el legislativo donde los representantes del pueblo elaborarán las leyes. Tal poder es el poder supremo, pero no es un poder absoluto: tiene que responder a la confianza puesta en él y respetar la ley moral natural. El segundo poder es el poder ejecutivo que garantizará, por la fuerza si fuese necesario, el cumplimiento de las leyes del legislativo. El legislativo vigilará para que el ejecutivo no actúe fuera de la ley. Habla Locke también de otros dos poderes: federativo y judicial. El federativo está encargado de la seguridad del Estado y de las relaciones con el exterior. Y el judicial se encarga de juzgar según la ley a los ciudadanos que incumplen las leyes. Es importante resaltar que para Locke estos dos poderes derivan del ejecutivo y no son pues totalmente independientes de él. Será algunos años después cuando el filósofo francés Montesquieu señalará la importancia de que el poder judicial sea independiente de los otros poderes del Estado.
Si el Estado no cumple la tarea encomendada, el pueblo tiene derecho a rebelarse.

La tolerancia
Importante en su filosofía política es también la idea de tolerancia religiosa. Por medio de la fuerza no se puede convencer a nadie a seguir cierta ideología o creencia. Cada ser humano es libre de adoptar las creencias que considere oportunas. Venimos al mundo libres y “limpios” por ley natural (recordemos que para Locke nacemos con la mente al modo de una hoja en blanco). Sólo nosotros tenemos el derecho a ejercer poder sobre nuestra persona. El principio de tolerancia, pues, es fundamental en el liberalismo de Locke.

La educación
La filosofía de la educación de Locke se posiciona directamente contra cualquier forma de dogmatismo. El tipo de educación que defiende es la del maestro antidogmático que deja desarrollar libremente las capacidades del alumno. Esta posición será más tarde adoptada y ampliamente desarrollada por Rousseau.
Así como el maestro no debe inculcar ninguna idea al discípulo que no haya pasado por el filtro de la crítica racional, así el Estado y sus gobernantes, a un nivel social, no deben fomentar ningún tipo de idea a seguir, pues representaría una forma de dogmatismo. El Estado debe ser siempre neutral, política y educativamente.

EJERCICIOS SOBRE EL TEMA

-RESUMEN
Hacer un resumen de entre una cara y dos caras de la filosofía política de Locke
PREGUNTAS:
1/¿A qué derechos naturales renuncian los hombres con la constitución de una sociedad civil o pacto político que supone el Estado?
2/¿Cuáles son los cuatro poderes del Estado para Locke?
3/¿Los poderes "fundamentales" del Estado para Locke deben ser dependientes o independientes? ¿Por qué?

lunes, 20 de abril de 2020

ÉTICA: LOS ESTOICOS


El estoicismo fue a la vez un conjunto de doctrinas filosóficas, una manera de vivir, y una determinada visión del mundo y de la vida. Se inició en Grecia en la misma época que la filosofía de Epicuro, alrededor del siglo III a. C. En los siglos siguientes se extendió también por el Imperio Romano. Filósofos pertenecientes al Estoicismo fueron, por ejemplo, Zenón de Citio (el fundador de esta corriente filosófica), Epicteto, Sexto Empírico, el cordobés Séneca y el emperador romano Marco Aurelio. Aunque trataron muchos temas de filosofía, para los estoicos, al igual que para Epicuro, la parte más importante de la filosofía fue la Ética. Para los griegos, en general, sean o no estoicos, la Ética era una rama de la filosofía que debía servir para ayudar al hombre a vivir y a alcanzar la felicidad. El Estoicismo fue una filosofía o una actitud ante la vida especialmente diseñada para tiempos difíciles, para una época de crisis política, social, cultural, como la que les tocó vivir a las personas de aquel tiempo.
Centrándonos ya en materia, para los filósofos estoicos la felicidad no consistía en el placer y la ausencia de dolor como para Epicuro. Si la felicidad consistiera en eso, no podría ser algo permanente y duradero, pues alcanzar el placer y evitar el dolor son cosas que no siempre dependen de nosotros y por tanto no siempre están en nuestra mano. Además, si bien se mira, nadie está libre del dolor ni del sufrimiento. Pero, ¿qué era la felicidad para los estoicos? La felicidad consistía en la paz y en la tranquilidad del alma. Un estado de no afectación. Lo que llamaban apatía, esto es, la ausencia de emociones, sentimientos y pasiones, (algo semejante al concepto de ataraxia). Sin embargo, el camino que, según los estoicos, llevaba a la apatía no era el placer, como hemos dicho antes, si no al contrario: por una parte había que renunciar a todo aquello que provoca en nosotros intranquilidad, como el deseo de placeres y bienes externos que no depende de nosotros el conseguirlos o no. Por otra parte era necesario alcanzar el dominio de las propias pasiones como el amor, el odio, la ambición de cosas, la ira, el temor, los afectos, etc., que tanto pueden llegar a perturbar la paz del espíritu. En resumen, el camino de la felicidad estaba en aprender a ser indiferentes y desapegados de las cosas del mundo exterior y en aprender a controlar las propias emociones y deseos.
No menos fundamental para alcanzar la felicidad o apatía era desarrollar lo que los estoicos llamaban la virtud. Pero la virtud no era para ellos lo mismo que para Aristóteles. Para ellos la virtud consistía fundamentalmente en aceptar de buen grado el destino. Los estoicos afirmaban que todo lo que sucede en el Universo, sucede de forma necesaria. En una palabra, creían en el destino. Pero, además, estaban convencidos de que todo lo que sucedía, aunque no siempre nos lo pareciera, era bueno y racional, pues el universo, decían, estaba gobernado por una Razón Universal que algunos estoicos identificaban con la Divinidad. Así, la muerte, el dolor, los golpes de la vida, etc., todo tenía una razón de ser. En vez de lamentarnos por ello, debíamos aceptarlo y sacar provecho de las adversidades para hacernos fuertes y forjar nuestro carácter. Por eso, la virtud fundamental consistía en aceptar el destino, pensando que, fuera el que fuera, era lo más racional y lo mejor. Y es que los estoicos pensaban que era inútil rebelarse contra lo que de todos modos ha de suceder, porque todo lo que es exterior a nosotros está determinado y no podemos cambiarlo, pues no depende de nosotros. Pero si dependía de nosotros lo que está en nuestro interior, o sea, la manera en que interpretamos las cosas que suceden; de nosotros depende que nos afecten y nos perturben mucho o que apenas nos afecten. Y es que para los estoicos lo que perturba el alma no son las cosas que suceden a nuestra alrededor, sino la imagen que nos formamos de ellas en nuestro interior. Decía Séneca: «Lo importante no es cuánto sufres, sino cómo lo sufres». Una de las claves para ser feliz reside en la manera como nos tomamos las cosas y sobrellevamos nuestras penas. En la misma línea el filósofo estoico Epicteto daba el siguiente consejo a uno de sus amigos: «acuérdate de que no es el que te insulta o el que te golpea el que te ofende sino la opinión que tienes de ellos que te hace verlos como gente que te ultraja. No te dejes dominar por la imaginación» . La frase de Epicteto se parece al conocido dicho popular que dice: ”no ofende el que quiere, sino el que puede”. El que alguien pueda o no ofenderme depende de mí, de cómo yo lo veo y de la importancia que yo le concedo.
En resumen, el secreto de la felicidad para los estoicos estaba en controlar las pasiones y en resignarse al destino, pensando que todo lo que ocurre está bien y tiene una razón de ser. La filosofía de los estoicos quedó reflejada en muchas sentencias que formularon a modo de consuelo frente a las adversidades de la vida o a modo de consejos para alcanzar el ideal de vida buena y feliz. He aquí algunas de las sentencias más interesantes de los estoico: «La pobreza es siempre llevadera, mas pobre se era al nacer», «Considera las adversidades como un ejercicio», «Languidece la virtud sin adversario», y la última, en latín: «Abstine et sustine!»,(¡Domínate y aguanta!). Si se mira bien, todas perseguían más o menos la misma finalidad: consolarnos frente a los males de la vida.

Preguntas sobre el TEMA: LOS ESTOICOS
1/¿Cuándo y dónde se inició el Estoicismo?
2/¿Quién fundó la escuela estoica?
3/ Cita otros dos filósofos estoicos
4/¿En qué consiste la idea de destino?
5/ Según los estoicos, ¿los sucesos que van conformando la vida humana son absurdos? Razónalo.
6/ Según los estoicos ¿cuál es la actitud más sabia (la conducta más virtuosa) ante los golpes dolorosos que a veces nos da la vida? Explícalo.
7/ Cita dos sentencias de los filósofos estoicos que te parezcan significativas de su filosofía ética.
8/ Subraya las afirmaciones verdaderas:

a)El mundo se rige por una Razón Universal.
b)Debemos rebelarnos contra el destino
c)La felicidad consiste en buscar el placer.
d)Un carácter sólido que nos ayude a aceptar los sufrimientos de la vida es bueno para ser feliz.

viernes, 17 de abril de 2020

TEORÍA POLÍTICA DE THOMAS HOBBES Y ROUSSEAU

 

HOBBES

Thomas Hobbes es el primer filósofo moderno que elabora una teoría contractualista. La visión antropológica que se desprende de sus escritos no es muy halagüeña. A pesar del ropaje materialista y científico de su filosofía la imagen de los seres humanos que destila su obra es la de unas criaturas egoístas, pendencieras y estúpidas. Lo que le llevó a pensar que la gobernabilidad de los hombres era prácticamente imposible sin un gran poder capaz de atemorizarlos a todos.
Es posible que el genio de Hobbes fuese naturalmente misántropo. Pero la época que le tocó vivir no le dio muchas posibilidades de modificar su ánimo. Nació en 1588 de forma prematura a causa del terror de su madre al constatar que la armada española se acercaba a las costas británicas. A propósito de aquel acontecimiento el propio Hobbes dirá: «El miedo y yo nacimos gemelos». Frase que es toda una presentación. Después de tan accidentado nacimiento la cosa no fue mucho mejor. A la vez que el continente europeo se desangraba en cruentas guerras de religión, Hobbes vivió en su propio país dos guerras civiles, la decapitación del rey Carlos I, la dictadura de Cromwell y la restauración de la dinastía de los Estuardo. Hubo entonces uno poco de paz y tranquilidad en Inglaterra. Para mantener esa paz anhelada tan escasa en la época, Hobbes defendió de facto durante sus últimos días la monarquía de Carlos II, rey católico con pretensiones de monarca absoluto; aunque la legitimación que el filósofo propondrá no será religiosa sino pretendidamente racional. El sujeto temible al que todos deberían obediencia se llamaba Estado. En su obra fundamental Leviatán, publicada en 1651, lo comparaba con el terrible monstruo marino que aparece en la Biblia. Hobbes murió en 1679 sin llegar a conocer la monarquía constitucional a la que daría lugar la Revolución Gloriosa de 1688.
Para Hobbes los hombres en estado de naturaleza están dominados por sus pasiones: el instinto de conservación y la búsqueda de su propio bien. Todos compiten por las mismas cosas, desconfían de los otros y buscan reconocimiento y gloria. Dado que tienen también libertad natural para conseguir sus fines aun a costa del bien de los otros, la situación desemboca pronto en una guerra de todos contra todos. La situación de guerra no es siempre explícita. La desconfianza mutua y la disposición a la lucha es ya una situación de guerra. Y aunque no haya violencia física durante algún tiempo no quiere decir que haya paz, sino tregua:
«durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos. Porque la guerra no consiste solamente en batallar, en el acto de luchar, sino que se da durante el lapso en que la voluntad de luchar se manifiesta de modo suficiente.»1
De modo que este es nuestro comportamiento natural: el hombre es un lobo para el hombre. Cuando la violencia se hace patente, podría ocurrir que los más fuertes ganaran esta guerra y al menos se produjese una cierta estabilidad duradera. Pero según Hobbes esto es prácticamente imposible. Cierto que hay hombres más fuertes que otros, pero nuestras capacidades pueden ser potencialmente equivalentes en una situación de conflicto continuado. Aunque algunos sean más fuertes, otros son más hábiles o más inteligentes, y en cualquier caso todos tenemos que dormir en algún momento y estar en una situación de máxima vulnerabilidad. Siendo así, la guerra entre todos no satisface a nadie y la victoria definitiva de unos sobre otros no se produce nunca. En tal escenario predomina el miedo y la vida de los hombres es corta y miserable; los hombres son enemigos entre sí y cada uno depende de su fuerza y de su ingenio para sobrevivir:
«En una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la tierra, ni navegación, ni uso de artículos que pueden ser importados por mar, ni construcciones confortables, ni instrumentos para mover y remover las cosas que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.»2.
Hobbes no considera que el hombre en estado de naturaleza sea malvado. El lobo que degüella un ternero tampoco lo es. En estado de naturaleza no existe el bien o el mal moral, ni en lobos ni en humanos, pues todos tienen la libertad natural de satisfacer sus instintos naturales. La valoración moral o la justicia solo podrá aparecer en un estado civil donde existan leyes de obligado cumplimiento.
Dado que los hombres tienen también conocimiento y razón procuran un pacto o contrato entre ellos para acabar con esta penosa e insociable situación natural. Las abejas o las hormigas son sociales por naturaleza, como dijo Aristóteles, pero los seres humanos tenemos que alcanzar el grado de sociedad de modo artificial, a través de un peculiar rodeo. En este pacto todos los hombres renuncian a su derecho natural, es decir, a ejercer su natural libertad para alcanzar sus fines egoístas sometiendo o dañando a otros si fuese necesario. Pero tal norma básica no sería practicable si no hubiese un poder incuestionable y coactivo que les obligase a todos. De modo que acuerdan dar este poder a un solo hombre o a un grupo para mantener el orden y procurar la paz. Tal hombre o asamblea de hombres es el soberano y tendrá un poder absoluto, indivisible e irrepresentable. Se constituye así la sociedad civil y el Estado.
El soberano posee un poder absoluto y no está sometido a ley alguna, pues permanece en estado de naturaleza. El contrato se ha hecho entre los hombres, pero no con el soberano. A partir de este momento los hombres serán súbditos del soberano. La única incuestionable exigencia al soberano es procurar la paz. Los súbditos no tienen derecho de resistencia o rebelión ni siquiera ante un jefe cruel o pendenciero, pero si el pueblo se rebela y establece otro soberano, este último habrá de ser igualmente respetado para que el pacto primigenio, y sus incuestionables beneficios, siga vigente.
Thomas Hobbes es visto por algunos como el precursor de los estados totalitarios del siglo XX y por otros como el primer filósofo liberal. En cierto sentido ambos tienen razón. Si la condición del pacto social es la instauración de la paz, una paz sincera entre todos los súbditos, esto pasa por el respecto a la vida y la conservación de la misma tanto de los súbditos entre sí como del soberano hacia sus gobernados. Tal condición actúa como una especie de derecho natural necesariamente respetado por el soberano y por tanto como un mínimo Estado de derecho de corte iusnaturalista.
«Si el soberano ordena a un hombre (aunque justamente condenado) que se mate, hiera o mutile a sí mismo, o que no resista a quienes le ataquen, o que se abstenga del uso de alimentos, de la medicina, o de cualquier otra cosa, sin la cual no puede vivir, ese hombre tiene la libertad de desobedecer.»
Pero dado que el soberano puede dictar la ley según su voluntad, y esta ley será la única justicia posible, el Estado de Hobbes nos recuerda también a los regímenes totalitarios. Para Hobbes es el poder y no la verdad el que hace la ley (Auctoritas non veritas facit legem). Frase que habría subscrito Hitler sin ningún problema. Hobbes se muestra entonces como un iuspositivista puro que no reconoce una instancia previa y superior que pueda determinar la justicia ni limitar el poder



ROUSSEAU



Estado de naturaleza
Rousseau considera la civilización a partir de un modelo degenerativo. La historia de los hombres deviene desde un idílico Estado de Naturaleza hasta la Civilización corrupta del Antiguo Régimen. Sin embargo, para Rousseau el Estado de Naturaleza no es algo histórico, es más bien un “artificio”, una “construcción mental” o una hipótesis de trabajo. Se trataría de imaginar cómo sería la vida del hombre al margen de toda sociedad organizada y de toda noción de Estado. Según Rossseau, el hombre en el Estado de Naturaleza es naturalmente inocente, solitario, libre e independiente. El apareamiento se produce por encuentros casuales y la relación madre-hijo perdura hasta que el niño puede valerse por sí mismo. Los hombres viven en el presente, sin noción de futuro. Su mayor preocupación es la propia conservación y la supervivencia. Son egocéntricos, pero su egocentrismo se ve compensado por su “compasión natural”: sienten espontáneamente piedad ante las penurias de otros seres humanos. En el Estado de Naturaleza los deseos de los hombres coinciden con sus necesidades naturales y por tanto son limitados, simples y se satisfacen fácilmente. Cierto que hay desigualdades de tipo físico como la edad o la fuerza, pero dada la simplicidad de las necesidades, la independencia de los individuos y la abundancia de bienes, dichas desigualdades no son objeto de competencia ni son por tanto determinantes para la supervivencia.