El
estoicismo fue a la vez un conjunto de doctrinas filosóficas, una
manera de vivir, y una determinada visión del mundo y de la vida. Se
inició en Grecia en la misma época que la filosofía de Epicuro,
alrededor del siglo III a. C. En los siglos siguientes se extendió
también por el Imperio Romano. Filósofos pertenecientes al
Estoicismo fueron, por ejemplo, Zenón de Citio (el fundador de esta
corriente filosófica), Epicteto, Sexto Empírico, el cordobés
Séneca y el emperador romano Marco Aurelio. Aunque trataron muchos
temas de filosofía, para los estoicos, al igual que para Epicuro, la
parte más importante de la filosofía fue la Ética. Para los
griegos, en general, sean o no estoicos, la Ética era una rama de la
filosofía que debía servir para ayudar al hombre a vivir y a
alcanzar la felicidad. El Estoicismo fue una filosofía o una actitud
ante la vida especialmente diseñada para tiempos difíciles, para
una época de crisis política, social, cultural, como la que les
tocó vivir a las personas de aquel tiempo.
Centrándonos
ya en materia, para los filósofos estoicos la felicidad no consistía
en el placer y la ausencia de dolor como para Epicuro. Si la
felicidad consistiera en eso, no podría ser algo permanente y
duradero, pues alcanzar el placer y evitar el dolor son cosas que no
siempre dependen de nosotros y por tanto no siempre están en nuestra
mano. Además, si bien se mira, nadie está libre del dolor ni del
sufrimiento. Pero, ¿qué era la felicidad para los estoicos? La
felicidad consistía en la paz y en la tranquilidad del alma. Un
estado de no afectación. Lo que llamaban apatía,
esto es, la ausencia de
emociones, sentimientos y pasiones,
(algo semejante al concepto de ataraxia). Sin embargo, el camino que,
según los estoicos, llevaba a la apatía no era el placer, como
hemos dicho antes, si no al contrario: por una parte había que
renunciar a todo aquello que provoca en nosotros intranquilidad, como
el deseo de placeres y bienes externos que no depende de nosotros el
conseguirlos o no. Por otra parte era necesario alcanzar el dominio
de las propias pasiones como el amor, el odio, la ambición de cosas,
la ira, el temor, los afectos, etc., que tanto pueden llegar a
perturbar la paz del espíritu. En resumen, el camino de la felicidad
estaba en aprender a ser indiferentes y desapegados de las cosas del
mundo exterior y en aprender a controlar las propias emociones y
deseos.
No
menos fundamental para alcanzar la felicidad o apatía era
desarrollar lo que los estoicos llamaban la
virtud. Pero la
virtud no era para ellos lo mismo que para Aristóteles. Para ellos
la virtud consistía fundamentalmente en aceptar de buen grado el
destino. Los estoicos afirmaban que todo lo que sucede en el
Universo, sucede de forma necesaria. En una palabra, creían en el
destino. Pero, además, estaban convencidos de que todo lo que
sucedía, aunque no siempre nos lo pareciera, era bueno y racional,
pues el universo, decían, estaba gobernado por una Razón Universal
que algunos estoicos identificaban con la Divinidad. Así, la muerte,
el dolor, los golpes de la vida, etc., todo tenía una razón de ser.
En vez de lamentarnos por ello, debíamos aceptarlo y sacar provecho
de las adversidades para hacernos fuertes y forjar nuestro carácter.
Por eso, la virtud fundamental consistía en aceptar el destino,
pensando que, fuera el que fuera, era lo más racional y lo mejor. Y
es que los estoicos pensaban que era inútil rebelarse contra lo que
de todos modos ha de suceder, porque todo lo que es exterior a
nosotros está determinado y no podemos cambiarlo, pues no depende de
nosotros. Pero si dependía de nosotros lo que está en nuestro
interior, o sea, la manera en que interpretamos las cosas que
suceden; de nosotros depende que nos afecten y nos perturben mucho o
que apenas nos afecten. Y es que para los estoicos lo que perturba el
alma no son las cosas que suceden a nuestra alrededor, sino la imagen
que nos formamos de ellas en nuestro interior. Decía Séneca: «Lo
importante no
es cuánto sufres, sino cómo lo sufres».
Una de las claves para ser feliz reside en la manera como nos tomamos
las cosas y sobrellevamos nuestras penas. En la misma línea el
filósofo estoico Epicteto daba el siguiente consejo a uno de sus
amigos: «acuérdate
de que no es el que te insulta o el que te golpea el que te ofende
sino la opinión que tienes de ellos que te hace verlos como gente
que te ultraja. No te dejes dominar por la imaginación»
. La frase de Epicteto se parece al conocido dicho popular que dice:
”no ofende el que quiere, sino el que puede”. El que alguien
pueda o no ofenderme depende de mí, de cómo yo lo veo y de la
importancia que yo le concedo.
En
resumen, el secreto de la felicidad para los estoicos estaba en
controlar las pasiones y en resignarse al destino, pensando que todo
lo que ocurre está bien y tiene una razón de ser. La filosofía de
los estoicos quedó reflejada en muchas sentencias que formularon a
modo de consuelo frente a las adversidades de la vida o a modo de
consejos para alcanzar el ideal de vida buena y feliz. He aquí
algunas de las sentencias más interesantes de los estoico:
«La pobreza es
siempre llevadera, mas pobre se era al nacer»,
«Considera las
adversidades como un ejercicio»,
«Languidece la
virtud sin adversario»,
y la última, en
latín: «Abstine
et sustine!»,(¡Domínate
y aguanta!). Si se mira bien, todas perseguían más o menos la misma
finalidad: consolarnos frente a los males de la vida.
Preguntas
sobre el TEMA: LOS ESTOICOS
1/¿Cuándo
y dónde se inició el Estoicismo?
2/¿Quién
fundó la escuela estoica?
3/
Cita otros dos filósofos estoicos
4/¿En
qué consiste la idea de destino?
5/
Según los estoicos, ¿los sucesos que van conformando la vida humana
son absurdos? Razónalo.
6/
Según los estoicos ¿cuál es la actitud más sabia (la conducta más
virtuosa) ante los golpes dolorosos que a veces nos da la vida?
Explícalo.
7/
Cita dos sentencias de los filósofos estoicos que te parezcan
significativas de su filosofía ética.
8/
Subraya las afirmaciones verdaderas:
a)El
mundo se rige por una Razón Universal.
b)Debemos
rebelarnos contra el destino
c)La
felicidad consiste en buscar el placer.
d)Un
carácter sólido que nos ayude a aceptar los sufrimientos de la vida
es bueno para ser feliz.
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