sábado, 14 de noviembre de 2015

LA METAFÍSICA DE ARISTÓTELES




HILEMORFISMO 
Aristóteles llama a la cosa concreta sustancia primera, pero conformando esta sustancia primera están la materia y la forma, inseparables, pero distinguibles en nuestra mente. La materia (Hyle) es de lo que está hecha una cosa. La forma (Morfo) puede ser forma esencial (sustancia segunda o esencia) o forma accidental (accidentes). ¿Qué es la esencia? Las características de esa cosa que hacen que el objeto en cuestión pertenezca a esa clase de objetos, de suerte que si a la cosa le quitamos una o varias de esas características o cualidades esenciales dejaría de ser esa clase de cosa. Lo que hace que una silla sea una silla o lo que hace que un hombre sea hombre.¿Qué son los accidentes? Los accidentes son aquellas cualidades o características que no son necesarias a un objeto para que dicho objeto pertenezca a una clase determinada de cosas, de suerte que si cambiamos una o varias de aquellas características la cosa no cambia de clase ni deja de ser lo que era. Existen multitud de accidentes según Aristóteles, pero los tres más importantes son los siguientes: cualidad, cantidad y localidad. Veamos esto con un ejemplo: la sustancia primera de esta silla es un objeto cercano de cuatro patas rojas con un soporte horizontal de pequeño tamaño y un respaldo. La esencia o sustancia segunda serían las patas, el soporte horizontal y el respaldo que posee el objeto. Y los accidentes su cercanía (localidad), su color rojo (cualidad) y su pequeño tamaño (cantidad). Si esta silla tuviese otro color, estuviese más lejos o fuese más grande seguiría siendo una silla; pero si no tuviese respaldo, no tuviese patas o no tuviese soporte podríamos dudar de que fuese una silla, podría ser una banqueta o un mero tablero. 

REFLEXIÓN SOBRE LA ESENCIA Y LOS ACCIDENTES
 Resulta que las esencias son como definiciones generales de las cosas. ¿No se parecen demasiado a las Ideas platónicas? La esencia es como la Idea, un universal que sirve para los particulares, tiene un carácter estático e inmutable. ¿Y los accidentes, no nos recuerdan un poco al falso mundo sensible de Platón, siempre cambiando y tan poco fiables, aquellas realidades secundarias, aquellas sombras o reflejos de la verdadera realidad? No hay pues dos mundos; pero las cosas tienen ahora dos niveles. Pero qué es lo real de lo real. ¿Qué es lo que debo conocer? ¿Cuál es el objeto de conocimiento los accidentes o las esencias? El objeto de conocimiento será la esencia, que es en el fondo lo más real de lo real. Los accidentes son pues la parte menos real de la cosa. Lo que da consistencia real a lo real serán los conceptos universales, estáticos e inmutables: las Ideas platónicas en el fondo. A Aristóteles, como a Platón, le parece que no puede haber ciencia del accidente, ¿cómo conocer lo que está continuamente cambiando? Sólo el universal es objeto de conocimiento. Aristóteles es ciertamente muy distinto a Platón, pero, ¡ojo!, no tanto: conocer es conocer Ideas dirá Platón y conocer es conocer esencias dirá Aristóteles. 

POTENCIA Y ACTO 
 Hay leyes que rigen los cambios. De una semilla puedo esperar diversos cambios. Yo puedo coger la semilla y pintarla de amarillo o puedo plantar la semilla y regarla, con el tiempo tendremos un árbol. La semilla puede ser otra cosa o puede ser la misma cosa, pero con distinta cualidad o accidente. Las posibilidades de cambio de una semilla son distintas a las de un martillo. Un martillo y una semilla no son un árbol, pero la semilla puede llegar a serlo, tiene esa posibilidad y el martillo no, aunque lo entierre y lo riegue. Decimos entonces que en algún sentido la semilla es un árbol, pues tiene esta posibilidad. Decimos que la semilla es un árbol en potencia y es una semilla roja en potencia. La potencia es la capacidad o posibilidad de recibir desde fuera o de desarrollar a partir de sí una nueva actuación o determinación. La potencia activa, entelequia o privación, es la posibilidad o capacidad de desarrollar a partir de sí una nueva determinación. La semilla tiene la potencia activa de ser árbol. La potencia pasiva es la posibilidad o capacidad de recibir desde fuera una nueva determinación. La semilla que es naturalmente blanca tiene la potencia pasiva de ser roja pues alguien podría pintarla. El acto es la capacidad o posibilidad concretada, determinada, actualizada, hecha realidad. El árbol que vemos es árbol en acto porque es real y actualmente un árbol. La semilla es árbol en potencia porque es posible que llegue a serlo. La potencia está pues relacionada con la posibilidad y en cierto sentido con la materia. Un bloque de mármol puede ser un número indeterminado de esculturas. El bloque de mármol tiene mayor potencialidad que la escultura acabada. El acto está relacionado con la realidad y en cierto sentido con la forma. Cuando el mármol se convirtió en El David de Miguel Ángel decimos que la escultura concreta es real no solo posible, porque el proceso ha concluido y la forma se ha concretado. Los conceptos potencia y acto son conceptos relativos. Cualquier objeto natural es potencia respecto a algo y acto respecto a otro algo. Un árbol es árbol en acto, pero es leña en potencia. La leña es leña en acto, pero ceniza en potencia. El cambio es, pues, entendido como el paso de la potencia al acto. 

CAUSAS DE TODO CAMBIO 
 Aristóteles consideraba que todo cambio se explicaba totalmente apelando a cuatro causas. Aclaremos antes que parta los griegos movimiento y cambio es lo mismo y no sólo se refieren al movimiento de traslación o local sino a toda transformación o variación de un ser, y que causa y explicación es también lo mismo y no sólo se refieren a la causa efectiva y concreta de un cambio. Dicho esto, para Aristóteles todo cambio quedará totalmente resuelto cuando especifiquemos las cuatro causas, explicaciones o factores que den razón de él: 1ª)causa material. Es la materia del objeto que cambia. Atendiendo al ejemplo clásico del escultor que se propone realizar una figura, la causa material será el mármol de dicha obra. 2ª)causa formal. Es la nueva determinación, la nueva actualización del objeto. En el ejemplo del escultor es la figura que el escultor ha imprimido o se propone imprimir al mármol. Coincide con la forma. 3ª)causa eficiente. Es el agente concreto que hace posible el cambio. En la Física Clásica se denomina causa mecánica. En el ejemplo del escultor será la mano y el cincel que esculpe el mármol. 4ª)causa final. Es el paraqué, el motivo final del proceso, la finalidad del cambio. En el ejemplo del escultor puede ser el ornamento o el culto religioso. La finalidad está presente como motivo en el principio del cambio y de una manera explícita cuando el cambio ha concluido. 

TELEOLOGÍA 
Aristóteles consideraba que todos los procesos ya fuesen naturales o artificiales (creados por el hombre) tenían estas cuatro causas. Una silla está hacha de madera y un árbol también. He aquí la causa material de un objeto natural y artificial. La madera de la silla tiene una estructura, un orden, una forma que le hace ser silla y la diferencia de las demás cosas de madera. De igual modo la madera del árbol tiene un orden o estructura que le hace ser árbol y lo diferencia de los demás objetos de madera. Esta forma particular es la causa formal. La silla ha necesitado de un agente concreto que realizase lo que era antes un solo proyecto o forma de silla; esto es las manos del carpintero. Igualmente la madera semilla ha necesitado de un agente concreto que realizase la forma de árbol que sólo era un proyecto. Este agente motor es la naturaleza de semilla. Estos dos agentes son las causas eficientes. Cuando contemplamos una silla automáticamente sabemos que alguien inteligente la ha hecho, pues tiene un orden muy difícil de explicar por el mero azar. También sabemos que tiene un sentido una finalidad, que se ha hecho para algo, porque lo que tiene orden y está hecho por alguien inteligente tiene un propósito, fin o función determinada. Aun en el caso de que nunca hayamos visto una silla podremos dudar para qué sirve, pero no que sirve para algo, que tiene un fin (aunque no conozcamos el fin concreto del objeto). Aristóteles considera que todos los objetos naturales poseen un orden y complejidad muy difícil de explicar por el mero azar. Tanto una piedra como un ser humano, pasando por animales y plantas, le parecen a Aristóteles objetos ordenados como los objetos artificiales. Puesto que están ordenados implican una inteligencia y han de tener una función o una finalidad. ¿Cuál es la causa final, el fin, de los procesos naturales? Aristóteles era naturalista, se ocupó, por tanto, de estudiar a los animales y plantas de una forma muy profunda y observó, admirado, que los animales y plantas poseen órganos y estructuras muy especializados y complejos. Tales órganos desempeñaban siempre una función que repercutía en un beneficio, en un bien, para el animal concreto o para la especie. El olfato para un perro, las orejas para un murciélago o el aguijón en una abeja, son una excelente ayuda para el animal que lo posee. Aristóteles extrapoló estas observaciones de animales y plantas a todo objeto natural, y pensó que el fin de todos sus cambios naturales era siempre su bien, su perfección en tanto que eran lo que eran. Un perro con buen olfato es más perfecto como perro que otro que no lo tiene tan bueno o que lo perdió por enfermedad. Por eso en Aristóteles fin, bien y perfección son la misma cosa. Es precisamente esta explicación del mundo apelando a la causa final para todos los objetos y procesos naturales la que se conoce como teleología (Telos significa en griego finalidad) . La teleología es pues la prioridad de la causa final en todo proceso natural. 

TEOLOGÍA 
Dado que en el mundo hay movimiento es menester explicarlo. Cuando algo está en reposo no preguntamos cuál es la causa de este reposo. Parece, al menos le parecía a Aristóteles, que el reposo no necesita explicación; pero sí el movimiento. Puesto que hay movimiento en el mundo, ¿cuál es su causa? Parece evidente que todo lo que se mueve es movido por algo que a su vez ya estaba en movimiento. Pero explicar el movimiento de una bola de billar, por ejemplo, por el choque de otra bola de billar que se encontraba en movimiento previamente es no explicar nada ¿Cuál es la causa del movimiento de esta segunda bola de billar? La serie de bolas en movimiento no podría ser infinita. Aristóteles deduce que ha de existir una causa última, un motor inmóvil que sea el causante originario de todo movimiento. Necesariamente ha de ser un motor inmóvil, pues si se moviese requeriría explicación (¿quién lo mueve?), pero lo que busca Aristóteles es una explicación absoluta y lo inmóvil es el paradigma para Aristóteles de lo que no requiere explicación. Ahora bien, cómo puede algo mover sin moverse él mismo. Aristóteles decía del primer motor que mueve como el amado al amante. El origen y causa de todo movimiento es la atracción erótica que el primer motor ejerce. Esta inteligencia suprema y primer motor inmóvil que mueve el mundo por atracción erótica es identificado con Dios. ¿Qué más cosa nos permite saber la especulación teológica de Aristóteles? Dios no sólo no se mueve sino que no puede moverse. Si pudiese moverse requeriría explicación y él es la suprema explicación. Pero si no se puede mover ha de ser inmaterial. Si fuese material se podría mover, bastaría un empujón. Si Dios no es materia sólo puede ser una cosa: forma. Lo que es totalmente forma sin nada de materia es acto puro sin nada de potencia. En Dios nada “puede ser” sino que lo es todo efectivamente, realmente. De aquí se deduce, por último, su perfección, pues es infinitamente más perfecto el acto que la potencia. De la misma forma que es más perfecto el árbol que la semilla o la escultura de La piedad de Miguel Ángel que el previo bloque de mármol. ¿Cuál es la actividad de este Dios, ser perfecto y realísimo? No puede desear porque entonces implicaría que algo le falta y a Dios, ser perfecto, nada le falta. No puede sentir pues podría entonces sentir dolor y esto es una imperfección. Lo único que puede hacer es pensar. Dios es un pensamiento que se piensa a sí mismo.

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